MURCIA (EFE). Un centenar de bebés de entre 0 y 3 años están ya recibiendo el servicio de guardería en las nuevas instalaciones de la guardería de La Paz, que reabre sus puertas 12 años después de su derribo por lo que, para la oposición, la jornada no puede celebrarse con orgullo, dado el enorme retraso que acumula.
El alcalde de Murcia, José Ballesta, ha inaugurado las nuevas instalaciones, que han supuesto una inversión total de más de 917.000 euros y que permitirán la retirada de los barracones prefabricados en los que venían recibiendo el servicio los menores del centro, derribado en noviembre de 2007 entre una fuerte polémica. El terreno de la guardería iba a ser ocupado por una promoción inmobiliaria que nunca llegó a construirse.
Para Ballesta,“la apertura de esta guardería da respuesta a una reivindicación vecinal histórica”, y ha destacado que “invertir en educación es invertir en futuro, dotando a los niños de instalaciones cómodas y seguras, de la máxima calidad”.
Para el portavoz municipal del PSOE, José Antonio Serrano, sin embargo, aunque la puesta en marcha del centro es una “buena noticia” para los vecinos, que recuperan lo que se les quitó por el fervor de la especulación inmobiliaria, este no aporta ninguna plaza adicional a las que había en la guardería original.
De esa manera, el municipio no ha abierto “ni una sola plaza pública” en guarderías en los últimos 25 años, un hecho que también ha puesto de manifiesto la concejala de Podemos-Equo Clara Martínez, que ha opinado que “nadie debería sentirse orgulloso de inaugurar estas instalaciones porque, a su juicio, todo lo que se ha hecho en los últimos doce años en torno a esta infraestructura “ha sido irregular y ha supuesto una de las mayores vergüenzas de la gestión del PP en el municipio”.
Así, ha advertido de que la guardería se derribó “de manera totalmente irregular amparándose en una hipotética remodelación del barrio basada en la especulación y que nunca se ha llegado a producir”, por lo que ha lamentado que el Gobierno local trate de poner el centro como ejemplo.
IU-Verdes, sin representación en el Ayuntamiento, ha emitido también un comunicado expresando su “sensación agridulce” ya que, aunque la apertura de la escuela es “un paso adelante en la dignificación de las condiciones para usuarios y trabajadoras del centro”, no se pueden olvidar “el origen de esta situación, los casi trece años de aulas prefabricadas, el daño a las familias y el perjuicio para el barrio La Paz, que ha perdido uno de los escasos centros de interés social con los que contaba”.