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análisis

La gestión pasiva está ganando terreno a la gestión activa en los fondos de inversión

El experto analiza las ventajas y desventajas de los fondos de gestión pasiva, es decir, aquellos que replican el comportamiento de un índice

16/01/2020 - 

VALÈNCIA. Tras la crisis de 2008 y de la mano del mercado alcista que arrancó en 2009, el ritmo de crecimiento en activos de las estrategias pasivas ha sido y es muy superior al de la gestión activa. Tanto que en EE UU el volumen de activos gestionados mediante fondos indexados y ETFs superó en agosto de este año al gestionado de forma activa, y supone en torno a un 33% de la inversión total. En España, representa tan sólo el 2% de la inversión, mientras que en Europa la proporción está en 19%. Esto nos da una idea del potencial de crecimiento de la gestión pasiva, al menos en nuestro país. Pero antes de ver las razones del por qué este rápido crecimiento, repasemos qué son los fondos pasivos.

La gestión pasiva replica el comportamiento de un índice o mercado en particular, es decir, un índice de referencia como puede ser el Ibex 35. Dentro de esta, por una parte, encontramos los fondos bajo la estructura de instituciones de inversión colectiva (IICs), más conocidos como fondos indexados, como por ejemplo los integrados hace una semana en Fundsfy: Pictet-Russia Index, Pictet-USA, Pictet Pacific Ex Japan y Pictet Euroland Index. Réplicas de índices que incorporan las principales empresas de Rusia, EEUU, Europa y Asia. 

Por otra parte, encontramos los fondos cotizados en bolsa (ETF). Lo que todos ellos tienen en común es que normalmente tienen todos los activos en el índice que están replicando, o al menos una muestra representativa. Los ETFs y los fondos indexados pueden implementar sus estrategias mediante dos sistemas:

  • Réplica física: el fondo compra exactamente las mismas acciones del índice y en la misma proporción.
  • Réplica sintética: el fondo invierte en derivados que proporcionan la misma rentabilidad de índice sin tener que comprar todos los valores que lo componen. Esta conlleva un riesgo de contrapartida, ya que depende de la solvencia de la entidad financiera emisora de los derivados.

Ventajas de la gestión pasiva

Mirando las ventajas de la gestión pasiva posiblemente la más destacable sea su coste, ya que se gestionan automáticamente en lugar de por un gestor de fondos, lo que lo reduce significativamente. Este punto centra en gran medida el debate entre estrategias activas y pasivas. Esencialmente en si vale la pena pagar los costes de gestión de los fondos activos o si es más probable que los retornos a largo plazo sean más altos si se invierte a través de vehículos pasivos gracias al 'extra' de unas comisiones inferiores.

Otra gran ventaja es su sencillez. El inversor sabe exactamente en qué está invirtiendo y cómo lo está haciendo, pudiendo entrar y salir del fondo de manera sencilla, sólo hace falta dar con un proveedor de este tipo de productos. La rentabilidad a largo plazo de la gestión pasiva es superior. Es posible que la gestión pasiva tenga un rendimiento ligeramente inferior al de su índice de referencia debido a las comisiones, por bajas que sean, pero la 'dispersión' de los rendimientos de los fondos de gestión activa es mucho mayor. La diferencia entre una buena y una mala gestión activa marcada, especialmente a largo plazo, y el resultado de la inversión es mucho más predecible con un indexado, que dará un resultado muy similar al del índice.


Cabe destacar que en España los fondos de inversión -tanto de gestión pasiva como activa- cuentan con una ventaja fiscal clave y es que son traspasables, lo que nos permitirá no tributar en caso de obtener plusvalías hasta que reembolsemos nuestras participaciones, pasando por el camino por tantos fondos como queramos.

Por el lado de las desventajas, la primera es que algunas estrategias de inversión pasiva en índices con empresas de gran capitalización, podría implicar que tu inversión esté concentrada en las empresas más importantes de un país, región o sector. Esto hace perder exposición a oportunidades que se encuentran en otras partes del mercado como empresas de mediana y pequeña capitalización, y puede dejarnos más expuestos a acontecimientos políticos y regulatorios de las grandes empresas.

Buena combinación y diversificación

La volatilidad es otro de los puntos a tener en cuenta cuando se invierte en fondos indexados. Al invertir en un mercado, hay que estar preparado para aguantar sus movimientos y en especial las bajadas. Como señalábamos, la inversión pasiva es más adecuada para los inversores de largo plazo, dispuestos a dejar su dinero invertido varios años. Un error muy grave suele ser entrar en pánico en caídas del mercado y vender sus posiciones, impactando en la rentabilidad de sus carteras. Otra desventaja, aunque suene redundante, es que los fondos indexados nunca batirán al mercado, ya que son el mercado.

Existen más argumentos a favor y en contra de la gestión pasiva, seguro, pero lo que está claro es que es una estrategia que goza de una gran popularidad entre los inversores, y que le está ganado terreno a la gestión activa. En cualquier caso, en Fundsfy creemos que la clave para la construcción de una buena cartera de inversión no está en elegir entre la gestión pasiva o activa o un estilo u otro de gestión, sino en una buena combinación -en una buena diversificación en definitiva-, teniendo siempre presente nuestras prioridades, horizonte temporal y objetivos para hacerlo de la mejor manera posible.

Álvaro Villar es portfolio manager de Fundsfy

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