Los resultados, publicados en la revista científica 'Journal of Clinical Investigation', demuestran que la fibromialgia es una enfermedad del sistema inmunitario, en lugar de la opinión actual de que se origina en el cerebro.
Así, el estudio evidencia que el aumento de la sensibilidad al dolor, la debilidad muscular, la reducción del movimiento y la disminución del número de pequeñas fibras nerviosas en la piel, típicos de la fibromialgia, son consecuencia de los anticuerpos del paciente.
Los investigadores inyectaron a ratones anticuerpos de personas que padecen fibromialgia y observaron que los ratones desarrollaron rápidamente una mayor sensibilidad a la presión y al frío, además de mostrar una menor fuerza de agarre del movimiento. En cambio, los ratones a los que se inyectaron anticuerpos de personas sanas no se vieron afectados, lo que demuestra que los anticuerpos de los pacientes causan, o al menos son un factor importante de la enfermedad.
Además, los ratones inyectados con anticuerpos contra la fibromialgia se recuperaron al cabo de unas semanas, cuando los anticuerpos habían sido eliminados de su sistema. Este hallazgo sugiere que las terapias que reducen los niveles de anticuerpos en los pacientes pueden ser tratamientos eficaces. Estas terapias ya están disponibles y se utilizan para tratar otros trastornos causados por autoanticuerpos.
"Las implicaciones de este estudio son profundas. Establecer que la fibromialgia es un trastorno autoinmune transformará nuestra visión de la enfermedad y debería allanar el camino hacia tratamientos más eficaces para los millones de personas afectadas. Nuestro trabajo ha descubierto toda una nueva área de opciones terapéuticas y debería dar una esperanza real a los pacientes de fibromialgia", asegura David Andersson, investigador principal del estudio.
"Cuando inicié este estudio en el Reino Unido, esperaba que algunos casos de fibromialgia fueran autoinmunes. Pero este equipo de investigación ha descubierto anticuerpos causantes del dolor en cada uno de los pacientes reclutados. Los resultados ofrecen una esperanza asombrosa de que los síntomas invisibles y devastadores de la fibromialgia sean tratables", ha resaltado el doctor Andreas Goebel, principal investigador clínico del estudio.
"Los anticuerpos de personas con fibromialgia que viven en dos países diferentes, el Reino Unido y Suecia, dieron resultados similares, lo que añade una enorme fuerza a nuestros hallazgos. El siguiente paso será identificar a qué factores se unen los anticuerpos que provocan los síntomas. Esto nos ayudará no sólo a desarrollar nuevas estrategias de tratamiento para el síndrome de fatiga crónica, sino también a realizar análisis de sangre para el diagnóstico, que no existen en la actualidad", agrega Camilla Svensson, investigadora principal del estudio en el Instituto Karolinska.
Las estimaciones actuales sugieren que al menos 1 de cada 40 personas se ve afectada por fibromialgia en todo el mundo (el 80% de las cuales son mujeres) y que suele caracterizarse por un dolor generalizado en todo el cuerpo, así como por fatiga (a menudo denominada "fibroniebla") y malestar emocional. Suele desarrollarse entre los 25 y los 55 años, aunque los niños también pueden padecerlo.