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segunda entrega de la trilogía 'el puente de sal'

Juan Diego Arroyo publica 'El tiempo evitado': "La soledad es un bien necesario para crear"

15/02/2021 - 

MURCIA. Escritor, músico y artista plástico, el madrileño Juan Diego Arroyo siente un especial cariño hacia la Región de Murcia, por sus raíces archeneras y por sus vínculos con Mazarrón. Es por ello, que en su momento no quiso dejar de presentar en Murcia su novela El puente de sal, primera parte de la trilogía del mismo nombre; algo que espera repetir -cuando la situación lo permita- con la segunda entrega de esta ficción histórica, que ya ha publicado bajo el título El tiempo evitado (Editorial Círculo Rojo). Esta aventura a través de la Historia está protagonizada por Daniel y su antepasado toledano Abraham, dos personajes que aunque viven en épocas diferentes comparten pasiones y la búsqueda de libertad. Sus historias se entrelazan en esta saga que aborda acontecimientos de la época actual con la del siglo XVI. El tiempo evitado, escrita y editada antes de esta crisis de la covid, parece haber presagiado lo que deparó el 2020. 

Quién le iba a decir a usted que el título que eligió para la segunda novela de esta trilogía iba a ser, en cierto modo, una forma de describir a este 2020 que se nos fue...

En principio, el título podría haber pasado por una paradoja; sin embargo, la realidad ha hecho que todos hayamos querido evitar este tiempo que vivimos, lleno de incertidumbre y dolor. Solo espero que, al igual que en la novela, ese tiempo evitado quede en el olvido y, como le sucede a Daniel, su protagonista, nos sirva como punto de apoyo para tomar impulso y volver a levantar el vuelo.

¿Qué es lo que le ofrecen al lector estas dos primeras novelas de El puente de sal?

Esta trilogía ofrece la oportunidad de asomarnos a otro tiempo con una perspectiva diferente, con los ojos de unos personajes que son como usted y como yo, a quienes les suceden cosas extraordinarias. ¿Cómo renunciar a vivir esta experiencia en primera persona? Entrar en el universo de El Puente de Sal es experimentar la fascinación por el pasado, vivir mil aventuras, amar, viajar, padecer tormentos y salir airoso. Todo esto desde nuestro rincón de lectura preferido.

Estas obras se desarrollan en dos momentos históricos diferentes ¿Cree en el pasado?

Creo en el pasado y tiene mucha importancia para mí. Pero sobre todo tiene la importancia que nosotros le demos. Sin el pasado no soy nada y pienso que el resto tampoco. El pasado fundamenta nuestro presente y sienta las bases de nuestro futuro.

¿Cómo refleja en su obra conceptos como el amor y el sexo?

No sé si en el producto final consigo reflejar lo que hay en mi cabeza en un principio. Pero sí es cierto que el caso concreto del amor intento ser delicado, pero sin autocensurarme, por lo que lo conjugo con el sexo. Creo que en la literatura es un error hacer un fundido en negro como se hacía en el cine de hace unos años.

Sea usted sincero: ¿Teme la opinión del lector?

No la temo. La espero fervientemente, porque me aporta y me interesa muchísimo.

¿En algún momento ha sido capaz de llevar la música a sus novelas?

No sé si lo he logrado, pero sí tengo que decir que, al menos, lo he intentado. Será el lector quien descubra si le ha llegado realmente.

¿Qué le incita a no parar de escribir?

Mi mente, que no para. Necesito contar cosas, narrar. Como cualquier artista; como el pintor se expresa con el pincel o el músico a través de su música. Es algo que morirá conmigo.

¿Qué ha supuesto para usted cancelar eventos este año marcado por la covid?

En el momento que cancelas el evento, la pena te invade. Pero después hay una necesidad de reinventarse y de buscar, de encontrar la manera de seguir llegando a los lectores. Y en eso estamos, explorando nuevas formas de llegar a ellos.

¿Qué anécdota recuerda de alguna de las firmas de sus libros?

Recuerdo algún comentario en una presentación de El puente de sal que me decían: "Bueno, ¿cómo me voy a leer esto 'tan grueso'? Y yo les contestaba: Ni te vas a dar cuenta. Cuando menos te lo esperes estás en la página seiscientos.

Foto: Fermín Meseguer

¿Cree en un nuevo tiempo cultural o la sociedad está abocada a la lectura 'vacía'?

Pues hay días que me levanto pensando que hay que abandonar toda esperanza y hay días que estoy más positivo, como hoy, y pienso que todavía hay oportunidades de poder vivir un nuevo siglo de las luces.

¿Considera a España un país privilegiado en autores literarios?

Partiendo de que tenemos el castellano, que me parece la lengua más maravillosa del mundo, creo que somos un país muy rico, productivo a nivel literario, a nivel artístico en general y con muchísimo talento.

¿A qué escritor dedicaría su obra y por qué?

Pues quizás no se la dedicaría a un escritor (sonríe). Quizás se la dedicaría a un músico. A J.S. Bach, por ejemplo. La música al final, en mi vida y también en parte en mi obra, está muy presente por mi formación desde la infancia.

¿El formato papel está desapareciendo o podemos soñar con un renacer del libro tradicional?

Yo soy de los que piensa que el formato en papel no va a dejar de existir. Y lo pienso además con bastante convencimiento y con cierto fundamento, porque cada vez me encuentro con más personas que siguen prefiriendo el formato de libro en papel.

¿Qué le aporta escuchar a las personas?

Me aporta todo. Es de lo que me nutro, no solo para escribir, sino para vivir. La escucha es tan importante que, además, me considero un privilegiado por haber tenido una educación musical, porque si en algo te educan si has tenido buenos profesores, y yo los tuve, es en la escucha, en ser capaz de permanecer callado, concentrado y escuchar a los demás, a lo que tienen que expresar. Eso me alimenta también a nivel artístico y literario.

¿Qué espera de las nuevas generaciones?

Que no olviden su pasado, que no olviden este presente que vivimos y que mañana será su pasado. Que sepan discernir, que sepan extraer lo mejor y utilizarlo para crear un futuro a partir de unos cimientos sólidos. Intentar mejorar aquello que consideren que no se hizo bien en el pasado. Pero para eso deben conocerlo. Tengo esperanza en las nuevas generaciones y creo que a pesar de todo va a seguir habiendo grandes talentos, grandes artistas, grandes científicos que sigan haciendo grande al ser humano y borrando, en definitiva, todo aquello que lo hace pequeño.

En estos tiempos que corren, ¿la soledad se acepta o se lleva?

Ambas cosas. Hay momentos en los que cuesta enfrentarse a ella. A nivel creativo la soledad es un bien muy necesario. No me imagino la creación si no es en soledad, no me imagino al pintor ante el lienzo en blanco acompañado de un montón de distracciones a su alrededor y no estando solo, consigo mismo y con sus pensamientos y con sus sentimientos. Para un escritor es imprescindible.

Acerque su obra a esas personas que se han visto abocadas a esa soledad, bien elegida, bien impuesta: ¿Qué les diría?

Creo que, no ya mi obra, sino cualquier obra literaria es para una persona en soledad uno de los mejores compañeros que puede tener.

¿Tiempo de calidad, o simplemente tiempo?

Tiempo de calidad, por supuesto. Tuve una gran profesora cuando estudiaba piano que decía que muchas veces empezamos demasiado pronto a pensar que es demasiado tarde. Y es cierto. También me adoctrinó en que veinte minutos de estudio a un buen nivel de concentración valen más que dos horas a un nivel de concentración medio o escaso. Y eso lo he podido comprobar en muchos ámbitos de mi vida.

¿Se ha planteado transmitir sus conocimientos, su habilidad escritora a otras personas?

Sí, a veces me lo he planteado y de hecho me lo han propuesto alguna que otra vez. Me parece interesante, pero no estoy aquí para enseñar a escribir o para aportar ideas. Las ideas tienen que estar previamente.

En sus novelas la trama se desarrolla en diferentes países... Si le dieran a elegir un lugar del mundo, ¿cuál elegiría para vivir?

Pues a lo mejor, Estambul. Alguna ciudad en la que confluyeran muchas vías y que tuviera mar.

Es usted una persona con cualidades para la pintura, la escritura, la música, el deporte... ¿Pero, cual sería esa profesión de riesgo a la que usted se dedicaría?

¿De riesgo? ¿Le parece poco riesgo escribir?

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