MURCIA (EP). Investigadores del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) probarán la eficacia de la heparina de bajo peso molecular y de otros 2.000 fármacos a la hora de evitar temporalmente el contagio por coronavirus. En concreto, los investigadores del IMIB se proponen comprobar si estos fármacos sirven para inhibir el efecto de la 'furina', una proteína presente en todos los seres humanos y que "abre las puertas" al SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad Covid-19.
Y es que, la 'furina' actúa cortando la envoltura del virus y facilita que se una a los receptores que los seres humanos tienen en las vías respiratorias, permitiendo su acceso al organismo, según ha hecho saber la investigadora Miguel Servet tipo 2 en el IMIB, perteneciente al Grupo de Hematología y Oncología Clínico-Experimental, Irene Martínez.
De momento, este proyecto es solo una propuesta presentada a la convocatoria extraordinaria publicada por el Instituto de Salud Carlos III para hacer frente al Covid-19, como respuesta rápida a la emergencia sanitaria actual.
Martínez ha indicado que el SARS-CoV-2 (que es el virus que provoca la enfermedad Covid-19), tiene en su envoltorio una glicoproteína que necesita a la 'furina' para poder infectar a la célula hospedadora. "Parece que la 'furina' es una proteína clave para que se produzca la infección y el virus entre en el organismo", según Martínez, quien señala que su proyecto pretende encontrar fármacos que sean capaces de inhibir esa proteína.
En concreto, esta investigación se propone alcanzar este objetivo por dos vías. Una de ellas se basa en que la antitrombina (que es un inhibidor fisiológico que todos los seres humanos tienen en su organismo y que actúa regulando la cascada de la coagulación), es capaz de inhibir a la 'furina' pero solo en presencia de heparina.
Martínez puntualiza que su intención es comprobar si esta antitrombina activada por heparina inhibe a la 'furina' en células humanas.
La otra vía de actuación consistiría en hacer un cribado de más de 2.000 fármacos ya aprobados por la Food and Drug Administration (FDA), una agencia del Gobierno de los Estados Unidos. Por lo tanto, se trata de sustancias que ya tienen indicación en uso clínico pero para otros casos.
"Lo que queremos comprobar es si esos fármacos que están indicados para otras enfermedades serían también capaces de inhibir a la furina", añade Martínez.
El grupo del IMIB va a llevar a cabo esta labor en colaboración con el grupo de Bioinformática y Supercomputación de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), dirigido por el doctor Horacio Pérez Sánchez. "Ellos van a hacer ese cribado de los 2.000 fármacos de forma computacional", añade.
Aquellos fármacos seleccionados, serán probados in vitro por el equipo de Martínez y serán experimentados con células humanas para ver si, efectivamente, son buenos inhibidores de la 'furina'. En caso de demostrarse efectivos, el siguiente paso sería la prueba con animales.
Para ello, Martínez se puso en contacto con la viróloga del Centro Nacional de Biotecnología, la doctora Isabel Solá, que está intentando desarrollar la vacuna contra el coronavirus. Cuando se disponga del modelo murino (cepas especiales de ratones) adecuado capaz de reproducir la enfermedad en humanos, los fármacos seleccionados se probarían en animales.
"Nosotros tenemos en el laboratorio células que expresan 'furina', y lo que haríamos sería adicionar tanto la antitrombina con heparina a esas células para ver si la 'furina' pierde su función; y repetiríamos el proceso con los fármacos seleccionados de los 2.000 disponibles", explica.
Lo bueno, añade, es que tanto la heparina de bajo peso molecular como estos 2.000 fármacos ya están disponibles para su uso clínico en humanos, con lo que no habría que hacer ensayos de toxicidad.
Martínez aclara que ninguno de estos fármacos sería tan efectivo una vez que los pacientes ya están infectados, sino que su uso sería para prevenir el contagio. "No llega a ser una vacuna, porque no activa la inmunidad, pero sí que prevendría la infección", afirma, aunque las heparinas se están empleando para el tratamiento de las coagulopatías que sufren estos pacientes.
Al ser preguntada por el tiempo que puede durar esta acción preventiva, Martínez señala que es algo que tienen que comprobar en los ensayos. "Normalmente, este tipo de inhibiciones son reversibles, lo que quiere decir que la proteína se inhibe durante algún tiempo y luego deja de estar inhibida", aclara.
En el caso de las heparinas de bajo peso molecular, que se emplean para prevenir el tromboembolismo venoso, se suelen administrar en dosis profilácticas durante siete o diez días, que es la duración aproximada del tratamiento. Con todo, insiste en que es algo que hay que ensayar con los ratones.
La idea es hacer un ensayo clínico con sanitarios, que son los que tienen que estar expuestos "sí o sí" al contagio, destaca Martínez. Su administración permitiría evitar el contagio durante un periodo de tiempo determinado, todavía por averiguar.
Los científicos del IMIB han pedido el proyecto por una duración de cinco meses, periodo en el que estiman que son capaces de completar la investigación hasta el nivel de las células humanas. La fase posterior, con modelos animales, se realizaría en colaboración con instituciones capaces de facilitarlo.
Martínez puntualiza que el trabajo con modelos animales es un poco más complicado porque los ratones no desarrollan la enfermedad que padecen los humanos. Por eso, han desarrollado un ratón transgénico que sí que puede mimetizar la enfermedad de los humanos. "Estaban resucitando uno de los embriones que tienen congelado", ha afirmado.
La prueba de los fármacos será "relativamente rápida" porque, para entonces, los ratones transgénicos estarían ya desarrollados. A lo mejor, adelanta que los resultados podrían estar listos en dos o tres meses más, añadidos a los cinco iniciales.