"Giselle es una kamikaze del amor": Kor'sia reinventa el clásico y lo lleva a un 'reality show'

MURCIA. "Giselle es una kamikaze del amor", describe Antonio de Rosa, quien junto a Mattia Russo dirigen y son bailarines de la compañía Kor'sia, encargada de cerrar este sábado (19.00 horas) el ciclo Danzauditorio, en el auditorio Víctor Villegas, con su reinvención contemporánea de este clásico del ballet romántico; una pieza que desde siempre ha "fascinado" a los dos artistas italianos que vienen de la danza clásica (La Scala de Milán). Para ello, señala el bailarín, han dejado de un lado el libreto original, aunque conservan simbologías y ambientaciones, con el objetivo de "esparcir" lo que representa esta Giselle del siglo XXI entre todos los intérpretes que protagonizan la obra, que se presenta en un solo acto, aunque con dos parte muy diferenciadas.  

En este sentido, De Rosa explica que en la primera parte del ballet se refleja la ausencia de ese amor romántico de la sociedad actual. "No hay contacto ni miradas, no hay comunicación; las conexiones se establecen a través de los objetos, a través de móviles por los que hablan", señala, al tiempo que indica que los movimientos de los cuerpos están más automatizados. 

La tecnología está presente en esta Giselle colectiva que se mueve en una realidad inventada, en la que hay cámaras de vigilancia y una voz en off que le indica lo que debe hacer, como en una especie de reality show tipo Gran Hermano. Contribuye a construir esa irrealidad el color que impregna la escena. "¿Qué paisaje hay de color rosa? No existe", apunta Antonio de Rosa, que dice que "hemos querido mostrar las maneras de relacionarnos y cómo ha cambiado la forma de amarnos". 

En la segunda parte, sin embargo, "renace el deseo" y los cuerpos vuelven a unirse, a tocarse, con "movimientos más redondos". 

Así, Kor'sia aborda desde la moral de hoy una obra que defiende valores que estaban en boga en el siglo XIX. Pero ahí estaba el reto, justamente, señalan los creadores de esta versión: "Encontrar correspondencias y constatar cuánto hemos avanzado, si es que no nos quedamos congelados, frente a asuntos morales y emocionales en esta sociedad propensa a estimular el yo, que empuja a vivir la vida a través de las redes sociales, y mantiene a la gente obsesionada por el número de likes. Hemos querido hablar del amor en los tiempos de la obsolescencia emocional".

Una de las dificultades con las que se ha enfrentado Kor'sia en este ballet es precisamente adaptar una coreografía contemporánea a la música, que sí se ha mantenido, y que contiene muchas variaciones pensadas para una pieza clasica. "Creo que los hemos logrado", apunta De Rosa, quien no tiene una visión elitista de la danza: "El movimiento es algo intrínseco al ser humano. Me gusta pensar que la  todo el mundo el baila, es como sentir los latidos del corazón".

No es la primera vez que Kor’sia siente interés y curiosidad por revisar desde la sensibilidad de hoy una coreografía del pasado. De Nijinsky recogieron la erótica La siesta del fauno pero también su obra menos conocida, JEUX Nijinsky (montada para el extinto Ullate Ballet), y desde ella, se hicieron preguntas sobre la lucha por los derechos y la individualidad a principios del siglo pasado, una inquietud recurrente ya explorada en Human, reflexión en clave de boxeo sobre los derechos humanos. 

Actualmente, Mattia Russo y Antonio de Rosa, son los directores y coreógrafos del proyecto junto con el investigador de artes vivas y co-fundador Giuseppe Dagostino y Agnès López- Río, catedrática de Artes Escénicas y asesora artística. Todos ellos son los principales artífices del colectivo Kor’sia.