MURCIA (EFE). Autor de cerca de treinta películas reconocidas con algunos de los más importantes premios del cine, Bertrand Tavernier -conocido por películas como La vida y nada más y Hoy empieza todo- ha fallecido este jueves a los 79 años de edad en Saint-Maxime, en la Provenza. Galardonado con cuatro César, el BAFTA en 1990 (La vida y nada más), además de con las estatuillas de los festivales de Venecia, Berlín, San Sebastián o Cannes, el Instituto Lumière de Lyon, del que era presidente, anunció por Twitter "con tristeza y dolor" el fallecimiento del cineasta.
El diario La Croix, con el que colaboraba desde el año 2000, avanzó la noticia de su fallecimiento sin precisar la razón del deceso, y alabó su carrera, su generosidad y su gusto por la cocina y la literatura.
Hijo del escritor Eric Tavernier, editor también de la revista literaria Confluences, el joven Bertrand convivió desde niño con luminarias de las letras como Paul Eluard o Louis Aragon. Este último incluso vivió junto a la familia durante una temporada.
Tavernier se enamoró del cine cuando, siendo niño, fue ingresado en un sanatorio para curarse de una tuberculosis y nunca más se separó de ese amor de infancia. Confesó en entrevistas que había elegido el cine para desarrollar una actividad artística diferente de la de su padre y tener su propio espacio personal.
El cineasta francés aseguraba que amaba todo en el cine y, por ello, además de realizador fue guionista, dialoguista y productor, incluso en televisión. También hizo documentales y antes de rodar películas dirigió un cineclub y fue crítico de varias revistas de cine, entre ellas la inevitable Cahiers du cinéma. Además, fue un divulgador en Francia del cine estadounidense a partir de la década de 1940, tanto de figuras consagradas como de realizadores de culto poco conocidos fuera de su país, y publicó varios libros de referencia sobre este tema.
Trabajó con todos los grandes intérpretes del cine francés de las décadas de 1970, 1980 y 1990, como Romy Schneider, Philippe Noiret, Michel Piccoli, Nathalie Baye, Isabelle Huppert, Jean Rochefort o Sophie Marceau, que le ofrecieron algunos de sus papeles más memorables.