MURCIA. Estudiar química tiene premio: conseguir un trabajo antes de seis meses. El último informe trimestral "Inserta" del Servicio Regional de Empleo concluye que uno de sus cursos de formación, el de química, es el más eficaz actualmente, con el 66,7% de contratos durante los 6 meses siguientes a la finalización de la acción formativa, 24 puntos más que el conjunto de sectores que rondan una media del 42%.
El director general del SEF, Aurelio Morales, destacó que este estudio “evalúa la relación entre la formación y su principal propósito: allanar el acceso al mercado laboral. Es especialmente útil para señalar a los interesados aquellas familias profesionales que actualmente están demandando una mayor cantidad de profesionales con formación específica”.
Tras el curso de química se sitúan los alumnos de cursos de formación de "fabricación mecánica" con un 64,9% y energía y agua, con una tasa de inserción del 64,4%; seguidos por los del sector de la industria alimentaria (61,5%) y los de seguridad y medio ambiente (54,7%).
El estudio evalúa la inserción laboral de los 8.475 alumnos que completaron cursos para desempleados entre el segundo trimestre de 2018 y el primer trimestre de 2019, para lo que se tienen en cuenta los seis meses siguientes a la finalización de la acción formativa. La tasa de inserción general del 42,2% se tradujo en que 3.580 participantes encontraron trabajo.
Los datos del SEF ponen de manifiesto que el porcentaje de inserción de alumnos asciende al 45% para los jóvenes menores de 30 años, mientras que para los alumnos de entre 30 y 44 años es del 45,2%, y del 34,1% para los de 45 años o más. Las contrataciones benefician en mayor medida a los hombres (45,5%), frente al dato de las mujeres (39,2%).
El periodo de tiempo que permanecen en desempleo las personas que realizan uno de estos cursos es, igualmente, un factor que determina una inserción posterior. De esta manera, el 36,5% de los alumnos que acumulan más de dos años en paro logran un empleo tras participar en un curso, pero el porcentaje asciende al 38,2% si acumula entre uno y dos años en paro, y llega al 44,5% en el caso de que el participante lleve menos de un año desempleado.
La familia profesional de la química, la de mayor tasa de inserción en la actualidad, incluye cursos como los de ensayos microbiológicos y biotecnológicos, los de transformación de polímeros, los de ensayos físicos y químicos, o los de ensayos no destructivos, principalmente impartidos a través del Centro de Referencia Nacional de Química en Cartagena.
Entre estos cursos también se encuentra el de operaciones básicas en planta química, que ofrece una cualificación muy demandada por empresas como Sabic, Derivados Químicos o Kinsy. Estas compañías han contratado a numerosos alumnos egresados de anteriores acciones formativas.
Por su parte, la formación en fabricación mecánica ofrece cursos como los de soldadura, diseño de tubería industrial, robótica, operaciones de metalgráfico, o trazado y mecanizado de tuberías. En el caso de la energía y el agua, aglutina acciones formativas como las de eficiencia energética de edificios, o las de montaje y mantenimiento de instalaciones solares fotovoltaicas.
La probabilidad de encontrar empleo tras realizar un curso que conduce a la obtención de un certificado de profesionalidad es mayor que cuando la acción formativa no da acceso al mismo. Así, en estos cursos (que son la mayoría en el SEF) la cifra de inserción se eleva hasta el 45,9%, es decir, 3,7 puntos más que el dato general. Los certificados de profesionalidad son titulaciones con validez en todo el ámbito nacional y representan acreditación suficiente para el desempeño de una profesión.