MADRID (EP). El precio máximo de la bombona de butano de 12,5 kilogramos se incrementará un 4,87% a partir de este martes, hasta los 14,64 euros, sumando así su cuarta subida consecutiva y tocando su nivel más alto desde noviembre de 2018, según la resolución publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Esta subida en esta nueva revisión se debe, principalmente, al efecto del déficit pendiente de compensar procedente de los bimestres anteriores, ya que se ha registrado una bajada en la materia prima (-6,7%), indicaron a Europa Press en fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
La revisión bimestral del precio se calcula en función del coste de la materia prima (propano y butano) en los mercados internacionales, así como del coste de los fletes (transporte) y la evolución del tipo de cambio euro-dólar.
Por otra parte, dicha revisión del precio, al alza o a la baja, está limitada al 5%, acumulándose el exceso o defecto de precio para su aplicación en posteriores revisiones.
Esta subida se suma a las tres registradas de casi también el 5% en noviembre, enero y marzo, respectivamente, que tuvieron lugar después de las bajadas que se produjeron en los meses anteriores, tras suspenderse las revisiones bimensuales que resultaran en subidas del precio, de acuerdo a la decisión del Gobierno de no aplicar estos incrementos para mitigar el impacto económico de la covid.
De esta manera, desde el pasado mes de septiembre, el precio máximo de la bombona de butano se ha encarecido más de un 21%. Los 14,64 euros vigentes desde este martes son el precio más elevado desde noviembre de 2019, cuando se situó en 15,33 euros.
El precio máximo de venta de la bombona de butano se revisa bimestralmente el tercer martes de los meses impares. Este nuevo precio de la bombona de butano estará vigente durante dos meses, hasta el tercer martes del próximo mes de julio, cuando se examinará de nuevo.
El gas licuado de petróleo (GLP) envasado es una mezcla de hidrocarburos, principalmente compuesta de butano, que sirve como alternativa al gas natural para su consumo energético en envases a presión, especialmente en poblaciones o núcleos urbanos sin conexión a la red de gas natural.
Actualmente se consumen 68 millones de envases de GLP de distintas capacidades, de los cuales 53 millones se encuentran sujetos al precio máximo regulado (el 78%). Se trata de un combustible en retroceso, ya que desde 2009 a 2018 el consumo total de GLP envasado ha descendido un 20%.