Javier Serratosa, presidente de CoemacVALÈNCIA. Coemac redujo sus pérdidas un 70% a lo largo del pasado ejercicio, al presentar unos 'números rojos' de 4,66 millones de euros frente a los 15,64 millones que perdió en 2018. Pero eso sí, la otrora Uralita presentaba a 31 de diciembre pasado un patrimonio negativo de 7,12 millones de euros, lo que le llevó el 30 de enero de este año a solicitar el concurso voluntario de acreedores.Y, lógicamente, con ello a que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) suspendiera su cotización desde entonces.
La cotizada controlada por la familia Serratosa (Nefinsa) en un 80% se vio obligada a pedir concurso. Lo hizo reconociendo su imposibilidad de generar la suficiente liquidez para hacer frente a las reclamaciones derivadas de la fabricación de fibrocemento con amianto. Una actividad en la que el grupo cesó hace casi veinte años pero que la ha llevado a pagar no pocas indemnizaciones por dicho material de construcción prohibido en España desde 2002.
De hecho en la nota de los resultados de 2019 remitida por hecho relevante al organismo supervisor recuerda que "el grupo sigue afectado por diversos procedimientos por reclamaciones relacionadas con antiguos procesos de producción ya discontinuados, los cuales podrían dar lugar a obligaciones de pago relevantes y sobre las que el grupo mantiene registradas provisiones conforme a la mejor estimación realizada en base a la opinión de sus asesores legales".
Como suele ser habitual en las últimas comunicaciones de resultados del histórico fabricante valenciano de materiales de construcción, Coemac reconoce que prevé cerrar la venta de su negocio de tuberías "en el plazo más breve posible".
Conviene recordar que se trata del último negocio de Corporación de Empresarial de Materiales de Construcción, el nombre largo de la cotizada presidida por Javier Serratosa. "La dirección del grupo mantiene negociaciones destinadas a la venta del negocio de tuberías y accesorios de PVC. Se espera poder cerrar la venta en el plazo más breve posible".
Lo cierto es a finales de mayo pasado, la anteriormente conocida como Uralita convocaba una junta de accionistas para autorizar la venta del 100 % de su participación en el negocio de tuberías Adequa WS al grupo Ostendorf por 11 millones de euros. Previamente ya se había desprendido de sus otros dos negocios como el de los aislantes (2015) y el de los yesos (2017).
Una desinversión que no ha lograda cerrarla ocho meses después por una reclamación de Tragsa en julio de 2019, pese a que solo faltaba la firma para ejecutar la desinversión con los alemanes, cuyas juntas de accionistas habían dado el visto bueno. Una Adequa que está fuera del concurso -como el resto de filiales- que cerró 2019 con cifras récord de ventas, Ebitda y beneficio neto.
