'El hombre que nunca vio llover' lleva la animación murciana por medio mundo

MURCIA. ¿Y si un día te percatases de que nunca has visto llover y eso te provocase una gran tristeza? Eso es lo que le ocurre al protagonista del primer corto de animación del murciano Miguel Muñoz, que ha podido verse en Filmin gracias al Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICC) y que ya ha sido seleccionado -para empezar- en más de 25 festivales de todo el mundo, habiéndose proyectado, entre otros, en el Chicago International Children’s Film Festival 2020 (Estados Unidos), certamen preseleccionador para los premios Oscar. Además, El hombre que nunca vio llover, cuyas ilustraciones corresponden al también dibujante murciano Carlos Morote, se ha podido ver en certámenes de Corea, Paraguay, Hungría, Reino Unido, Chile, Grecia, México, Brasil o Turquía, además de en numerosas citas con el cine en España. 

Miguel Muñoz está encantando con el recibimiento con el que ha contado su primera incursión en el mundo de la animación, tanto es así que ya se encuentra embarcado en su siguiente proyecto dentro de este mundo de los dibujos que cobran vida. Cuenta que el argumento de El hombre que nunca vio llover se le ocurrió durante un trayecto en tren, de Murcia a Madrid (donde reside actualmente), mientras pensaba en las consecuencias extremas que para el tiempo tiene el cambio climático; tanto es así, que se preguntó si habría alguna persona que nunca hubiese visto llover. 

Así nació el guión para este corto, para cuyos dibujos confió en Morote, quien "ha hecho un trabajo de diez". Este, por su parte, recuerda que el director le dio libertad para imaginar al anciano protagonista de la historia, con tan solo algunas inidicaciones, como que tenía que transmitir tristeza, soledad y tener una apariencia gris. "Buscábamos -añade Muñoz- que fuera un personaje entrañable".

El argumento de este breve corto gira alrededor de un hombre de avanzada edad que, un buen día, viendo la televisión, se da cuenta de que nunca ha visto llover de verdad; y eso que colecciona paraguas con la esperanza de que alguna vez tenga que utilizarlos. Para combatir la tristeza acude a un psiquiatra, que le aconseja ducharse con un paraguas para experimentar la sensación de la lluvia. El resultado no es el que se esperaba y después de varias escenas que desafían la lógica, Muñoz resuelve la historia con una buena dosis de humor, "dejando una sonrisa en el espectador". Y todo ello en tan solo dos minutos.

Uno de los elementos que hace que este corto de animación sea un producto fácil de ver en los distintos países donde se ha proyectado es que tiene muy poco diálogo, adquiriendo un mayor protagonismo la imagen. Además, su protagonista no se ubica en ningún lugar determinado, aunque David Muñoz apunta que bien podría ser murciano por la escasez de lluvias en su tierra.

 Tras haber realizado cuatro cortos, que también han tenido un buen recorrido -en uno de ello, El murciano, relata una peculiar entrevista de trabajo y aborda los tópicos que existen sobre Murcia-, Miguel Muñoz destaca que este último trabajo se haya podido ver en Filmin durante la pasada edición del FICC, dando la oportunidad de que el trabajo de directores murcianos como el suyo sean conocidos a través de una plataforma con tanta proyección.