Una mejor coordinación de la política fiscal y monetaria en la Eurozona es deseable para mejorar la eficacia de la política económica
MADRID. El Banco Central Europeo (BCE) está luchando por reavivar la inflación, incluso con una tasa de depósito negativa del 0,5% y el relanzamiento del programa de compra de activos. Pero los defensores de la teoría monetaria moderna proponen el uso de instrumentos más agresivos como el 'dinero helicóptero'.
El 'dinero helicóptero' puede adoptar diversas formas, desde bajadas de impuestos financiados por el banco central hasta transferencias en efectivo directas a los hogares. Ben Bernanke, ex presidente de la Reserva Federal, describió el 'dinero helicóptero' como programas fiscales financiados con dinero (MFFP, por sus siglas en inglés) cuando los tipos de interés han alcanzado el límite inferior cero y las medidas del programa de expansión monetaria cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés) se enfrentan a rendimientos decrecientes. Bernanke y otros como Jordi Galí y Willem Buiter sostienen que los bancos centrales deberían adoptar innovaciones políticas para estimular la inflación. Desde Scope, a continuación, vamos a tratar de dar respuesta a las cuestiones clave del dinero helicóptero:
¿Podría utilizar el BCE estos instrumentos? De conformidad con el artículo 20 de los estatutos de la institución europea, el Consejo de Gobierno del BCE puede decidir, por mayoría de dos tercios, utilizar otros métodos operativos de transmisión monetaria distintos de los enumerados. Sin embargo, el BCE no está autorizado a participar en la financiación monetaria directa de entidades públicas, incluidas todas las autoridades públicas, otros organismos de derecho público o empresas públicas de los Estados miembros de la UE, excepto en el caso de las entidades de crédito de propiedad pública. En otras palabras, las transferencias directas a los gobiernos están explícitamente prohibidas, mientras que las transferencias en efectivo a los hogares son, al menos, legalmente viables.
¿Nos llevaría el dinero helicóptero inmediatamente a la hiperinflación? No necesariamente. En primer lugar, la inflación de la eurozona ha sido muy baja en los últimos años, situándose en noviembre en el 1%, muy por debajo del objetivo del BCE de "por debajo, pero cerca, del 2%". Esta inflación moderada, pese a la agresiva expansión del balance del BCE, es la razón por la que la idea del dinero helicóptero se está debatiendo en algunos círculos. El objetivo sería lograr un cierto repunte de la inflación. Con tan escasa inflación en la economía, es difícil imaginar que la hiperinflación pueda surgir fácilmente, aunque el riesgo de que el resultado a largo plazo sea una inflación mucho mayor dependerá del diseño de las políticas.
Al mismo tiempo, el impacto sobre la inflación dependerá también de la magnitud de la capacidad disponible. El desempleo sigue siendo elevado (7,5%) y el crecimiento salarial se ve frenado por la oferta de mano de obra poco cualificada. Por esta razón, algunos sostienen que mientras haya capacidad disponible, no puede haber una inflación elevada. Pero la inflación y crecimiento débil a veces pueden coincidir, como lo demuestra el período de "estanflación" de los años setenta.
¿Podemos esperar que el BCE se comprometa con el 'dinero helicóptero' en un futuro próximo? Los desembolsos monetarios de los bancos centrales representarían un paso sin precedentes hacia un área normalmente reservada a los gobiernos nacionales y a la política fiscal. Esto hace que sea poco probable que el dinero helicóptero vea la luz en la eurozona en un futuro próximo y, en cualquier caso, es improbable que se realice sin una crisis económica mucho más grave. Es más probable que antes veamos un diálogo renovado sobre la idea del dinero helicóptero en otro rincón del mundo, quizás en Japón, que se ha enfrentado a riesgos de deflación durante mucho más tiempo.
¿Por qué esta estrategia debería tener más éxito en el aumento de la inflación que los instrumentos utilizados hasta la fecha? Las políticas no convencionales de los bancos centrales empleadas hasta la fecha, como el Quantitative Easing, sólo funcionan de manera indirecta y se basan en los mecanismos de transmisión del mercado. Al comprar bonos soberanos, corporativos y garantizados, los bancos centrales conceden préstamos a los agentes económicos con la esperanza de estimular las expectativas de crecimiento e inflación. El problema es que el dinero del QE ha tendido a terminar invirtiéndose en los mercados financieros, en lugar de prestarse para actividades productivas. Esto ha creado una inflación de los precios de los activos, en lugar de aumentar la inflación de los precios de consumo, lo que, al final, aumenta el riesgo de futuras crisis financieras. Sin embargo, si el banco central comunica un aumento permanente de la base monetaria (sin obligación de reembolso) a través de dinero helicóptero, habrá menos incentivos para ahorrar. Esto podría hipotéticamente conducir al aumento deseado de la inflación, como mínimo a corto plazo, alentando a los hogares a aumentar el gasto.
¿Cuáles serían las implicaciones del 'dinero helicóptero' para los ratings soberanos? Esto es difícil de evaluar, teniendo en cuenta que el debate sobre el dinero helicóptero es totalmente académico en esta etapa. Hipotéticamente, si esta política condujera a un mayor crecimiento y a una inflación más cercana al objetivo, este resultado sería positivo para el crédito. Sin embargo, un aumento permanente de la oferta monetaria puede tener efectos secundarios no deseados, por ejemplo, al aumentar el riesgo moral. Además, la adopción de tales políticas podría dañar la credibilidad del banco central, poniendo en peligro la independencia percibida de los gobiernos centrales.
Algunos gobiernos de la Eurozona, como el de Alemania, disponen de espacio fiscal para proporcionar estímulos presupuestarios sin que el BCE tenga que inyectar efectivo en los hogares. No obstante, una mejor coordinación de la política fiscal y monetaria en la eurozona, independientemente de cómo se logre, es deseable para mejorar la eficacia de la política económica.
Bernhard Bartels y Dennis Shen son analistas del equipo de Finanzas Públicas de Scope Ratings