MURCIA. La covid-19 es una enfermedad "muy leve, de muy poca gravedad y que afecta a muy pocos niños". Además, lo transmiten mucho menos que los adultos. Así lo asegura Manuel Sánchez-Solís, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia con la experiencia que le otorgan 40 años atendiendo a niños con multitud de patologías.
Lejos ha quedado aquella imagen de los niños como supercontagiadores que se extendió al principio de la pandemia. Los datos y estudios que hay en la actualidad indican lo contrario. "Los datos de contagios y gravedad de los que disponemos no amparan la decisión de no abrir los colegios, en especial, de manera preventiva. Hay informes de sociedades científicas de varios países que recomiendan la reapertura. Si no es grave y hay poca trasmisión, los niños deben ir al colegio. Otros virus tienen peor pronóstico", señala sin dudarlo.
La inmensa mayoría de las infecciones por este virus en niños menores de 14 años, la edad pediátrica en la Región, son asintomáticas. De hecho, el número de ingresos que ha habido desde que comenzó la pandemia en el hospital donde ejerce es de siete. Ninguno ha ingresado en cuidados intensivos. "En la literatura pediátrica hay descritos muy pocos casos graves y la tasa de mortalidad es menor del 1 por 1.000. En comparación con la gripe o con otros virus respiratorios, es mucho menos grave. Hay muchos virus que producen bastantes más ingresos que este".
Según este especialista, la primera actitud que se tuvo en marzo de cerrar los colegios tenía un razonamiento lógico. "No conocíamos el virus y pensábamos que sería como el de la gripe, en la que los niños hacen de vectores de forma muy importante: se contagian entre ellos y luego a los adultos. Para evitar la transmisión a través de las aulas, se cerraron".
Ahora, una vez pasada la primera ola y con los datos que se tienen, es difícil de justificar. Señala que hay estudios de varios países que ponen de manifiesto que no es una enfermedad grave en niños y que su tasa de trasmisión es muy baja, en concreto, del de 0,3, es decir, "seis o siete veces menor que en adultos. No sabemos por qué, pero es así".
Entre esos estudios, indica el de la Agencia de Salud de Suecia y Finlandia, que demostró que la tasa de transmisión no empeoró con los colegios abiertos. O el del Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona, en el que se han estudiado 1.900 niños y 22 tutores de campamentos de verano y que ha revelado que los niños contagian el coronavirus seis veces menos que los adultos.
En Australia, en Nueva Gales del Sur, tampoco cerraron los colegios durante toda la pandemia y encontraron que la trasmisión entre niños tampoco era alta, y sobre todo, había menos incidencia en los colegios que en la población general. En otro estudio realizado en Chile la mayor parte de los niños se contagiaron de los profesores y al revés fue muy raro.
El porqué los niños padecen esta enfermedad de una forma tan diferente a los adultos es algo a lo que aún no han encontrado respuesta científica. "Es una pregunta estupenda que nos gustaría poder responder pero no hay una explicación científica de por qué los niños se defienden tan bien frente a este virus. Puede ser una respuesta inmune característica de los niños, pero no sabemos muy bien cual es la razón".
De hecho, algunos investigadores pensaban que era debido a un receptor específico de este virus que en niños es menor, por lo que no tendría capacidad para penetrar en el organismo y desarrollarse. Sin embargo, esta teoría ha ido perdiendo fuerza ya que cuando se mide la carga vírica de los niños infectados es similar a la de los adultos, con la diferencia de que no les afecta en la misma medida ni tiene consecuencias graves.
Sobre la controversia del inicio de clase, señala que "si la situación no es grave, el derecho a la educación es un derecho fundamental, casi como la salud. Los niños tienen ese derecho constitucional y hay que respetarlo. Con la gripe, la situación que tenemos cada año es más grave", recuerda.
Y, de momento, advierte que el crecimiento de los contagios a nivel regional no está repercutiendo en los niños ni en los ingresos. A día de hoy, hay un solo ingreso de covid-19 en pediatría en la Arrixaca. "Los colegios no están abiertos pero los niños no han estado encerrados; están en la playa, en los parques, jugando con sus amigos. El contacto que han tenido con otros niños ha sido frecuente".
En cuánto a los posibles contagios derivados de las aulas y sus consecuencias, como ingresos hospitalarios, en UCI e, incluso, fallecimientos en menores, se pregunta, "¿y el resto de los virus? Soy pediatra 40 años y hemos tenido 400 niños ingresados todos los años por diferentes virus en la temporada de invierno, también en la UCI. Y nunca se ha planteado cerrar guarderías y colegios a pesar de esos ingresos. ¿Por qué con este virus, que es más leve, vamos a cerrar de forma preventiva?".
Por eso, defiende, los niños deben hacer "una vida lo más normal posible" y tomar las medidas preventivas necesarias en los colegios para minimizar riesgos, como la separación de seguridad, el lavado de manos, "por ejemplo entre clase y clase", utilizar mascarilla, sobre todo en la entrada y salida, "aunque no es imprescindible en los más pequeños y los menores de 3 años no deben utilizarlas".
En cuanto a los profesores, "deben tener precaución y usar mascarilla y gafas o pantallas como hacemos también los sanitarios". Con los más pequeños, usar gel hidroalcohólico frecuentemente. La higiene de los colegios "debe ser extrema y hay que ventilar muy bien las aulas", recalca. "Es importante mantener las ventanas abiertas con frecuencia y habrá que adaptarse dependiendo de los grupos de edad con cierta lógica. No es igual un niño de 4 años que otro de 12".
Sobre la controversia de las ratios en las clases, sobre todo por el hecho de que estén prohibidas las reuniones de más de seis personas no convivientes mientras en las aulas habrá 20 niños, entiende que si los niños contagian menos, "las ratios en las aulas pueden ser más amplias".