Los analistas de Scope advierten también que la pandemia ha puesto de manifiesto los costes de la inercia política de España de los últimos años
MADRID. Los desafíos a la calidad crediticia soberana de España a partir de la crisis del Covid-19 dependerán más de la recuperación económica que de las cifras de déficit y deuda de 2020, ya que el BCE mantiene muy bajos los costes del servicio de la deuda pública. Esperamos que España caiga en una profunda recesión, con un crecimiento que se contraerá alrededor del 8% del PIB este año, seguido de un fuerte rebote en 2021, suponiendo que haya una recuperación gradual en la actividad económica a partir del segundo semestre de 2020.
Por ahora, el impacto del coronavirus ha desencadenado una crisis sanitaria y económica sin precedentes en el país al poner de manifiesto las debilidades económicas estructurales. Estas van desde un rígido mercado laboral caracterizado por el uso extensivo de contratos temporales, hasta la falta de ajustes fiscales estructurales realizados en años anteriores en los que las condiciones económicas eran favorables. A su vez, la pandemia ha puesto de manifiesto los costes de la inercia política de España de los últimos años, durante los cuales la fragmentación política -en particular, una serie de administraciones dirigidas por partidos sin mayoría parlamentaria- ha frenado las reformas económicas.
Al mismo tiempo, la crisis del Covid-19 también pone de manifiesto el fuerte apoyo institucional europeo a España, que asegura por ahora que el país ha escapado una crisis de liquidez. En este sentido, las acciones del BCE están apuntalando un acceso favorable al mercado para los países de la eurozona, lo que es crucial para evitar una crisis de liquidez a corto plazo, así como para apoyar la sostenibilidad de la deuda a medio plazo.
Se trata de una diferencia fundamental, en términos de gravedad y el momento en el que se manifiestan las implicaciones crediticias, en comparación con la evolución, por ejemplo, durante la crisis de la zona del euro en 2012. Entonces, la rentabilidad de la deuda pública española de referencia se elevó por encima del 7%. Los tipos de financiación de España se han mantenido favorables, con una rentabilidad del bono a 10 años inferior al 1% en el momento de redactar el presente informe.
La importancia de la arquitectura de la Eurozona para apoyar el acceso de los países a los mercados es una fortaleza crediticia fundamental, especialmente durante esta crisis. Nuestro análisis crediticio se centrará en la materialidad y la reversibilidad del impacto de la pandemia sobre las perspectivas económicas y fiscales de España. La economía española es particularmente vulnerable a la pandemia y a las crisis relacionadas con el confinamiento, dada la estructura de la economía: alrededor del 30% de la actividad económica y el 40% del empleo está relacionado con el turismo y actividades recreativas.
Una elevada proporción de empleo en los sectores más afectados por la pandemia y un uso generalizado de los contratos temporales (22% del total de empleados) provocarán un aumento significativo del desempleo, por encima del 18% este año. Es probable que esto potencie los efectos económicos de segunda ronda, en términos de frenar el crecimiento futuro y añadir presión sobre el presupuesto a medida que se deterioran los ingresos de los hogares.
La respuesta fiscal de España a la crisis es, hasta la fecha, relativamente modesta en comparación con otras grandes economías de la Eurozona, como las de Alemania y Francia, equivalente a alrededor del 1,4% del PIB, lo que refleja un espacio fiscal limitado.
Esperamos que el déficit presupuestario aumente a alrededor del 8% del PIB, desde el entorno del 2,5% antes de la crisis, elevando la relación entre la deuda pública y el PIB unos 15 puntos porcentuales este año, hasta el 110% del PIB.
Sin embargo, mientras los rendimientos se mantengan bajos, como es probable, dadas las acciones del BCE, el problema fundamental no es tanto el déficit como la recuperación económica después de la crisis. Si las medidas fiscales resultaran eficaces para lograr una reactivación más rápida de la recuperación económica, esto también apoyaría la sostenibilidad de la deuda a medio plazo.
Alvise Lennkh y Giulia Branz son analistas de Scope Ratings