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Joya escultórica de la iglesia de san javier

El Crucificado de San Francisco Javier, en la camilla de la restauración: recibirá el alta antes de Semana Santa

1/12/2020 - 

MURCIA. El Cristo Crucificado de la Iglesia de San Francisco Javier, del municipio de San Javier, es una auténtica joya del patrimonio murciano por su antigüedad y por tener los brazos articulados. Para recuperar su esplendor, la escultura se encuentra en el Centro de Restauración de la Región de Murcia, donde están llevando a cabo un proceso de recuperación que habrá finalizado para la próxima Semana Santa. Actualmente, la obra está en la fase de limpieza físico-química que ha permitido eliminar más de un 90% de suciedad y elementos espurios depositados en la superficie de la imagen.

La consejera de Cultura, Esperanza Moreno, acompañada por el alcalde de San Javier, José Miguel Luengo, y el párroco de la iglesia, Juan Prieto, ha visitado este martes las instalaciones donde se realizan estos trabajos, que a partir de ahora continuarán con la reposición de faltantes -le falta un dedo de la mano izquierda-, el sellado de grietas, la reconstrucción de la capa de preparación y la reintegración cromática diferenciada y barnizado final de protección.

El Cristo Crucificado de la iglesia de San Francisco Javier puede considerarse una joya de la escultura en madera policromada de la Región de Murcia, pues a su antigüedad -data del siglo XVII- y estado de conservación de su policromía, hay de sumarle la peculiaridad de que presenta articulados sus brazos, lo que lo convierte en el único crucificado antiguo que aún conserva íntegro este mecanismo.

Este artilugio servía para llevar a cabo el denominado Auto del Desenclavamiento, muy habitual en el siglo XVII y XVIII, que es un auto teatralizado que se realizaba el Viernes Santo al mediodía en la propia iglesia y que rememoraba las últimas horas de Jesucristo en la Cruz.

En este acto literalmente se procedía al desenclavado de la escultura, bajándola del madero, recogiendo sus brazos hacia dentro, colocándolos en posición horizontal, convirtiendo el Crucificado en un Cristo Yacente, evocando de este modo la Muerte, Descendimiento y Entierro de Cristo.

La escultura fue salvada de la destrucción casi absoluta que sufrió el templo de San Francisco Javier en julio de 1936, y es una de las pocas anteriores a la Guerra Civil que aún se conservan en esta iglesia.

Sorprende el perfecto estado de conservación de la policromía original de la imagen, de ahí que se tomase la decisión de recuperarla íntegramente, retirando las aportaciones no originales. Algo insólito confirmado por las contadas obras intervenidas en el Centro de Restauración de cronología tan antigua (siglos XV-XVII), en las cuales se detecta una excepcional conservación de la película pictórica original.

La intervención, que se está llevando a cabo desde mediados de septiembre en el Centro de Restauración de la Región de Murcia, dispone de un presupuesto de 18.000 euros.

El proceso comenzó con el correspondiente estudio previo, a fin de constatar cada una de sus patologías, realizándose posteriormente distintas catas de limpieza para determinar cuántos estratos no originales se encontraban cubriendo la policromía original.

Se han hallado hasta cuatro estratos bien diferenciados: una gruesa capa de suciedad generalizada en el estrato más superficial; barniz oxidado derivado de una anterior restauración; repintes puntuales igualmente derivados de esta intervención anterior; y repintes derivados de otra restauración más antigua, intervención realizada mucho más atrás en el tiempo.

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