El CGC también recela del interés de Sudáfrica por auspiciar el grupo de presión
MURCIA. La patronal española de la naranja, el Comité de Gestión de Cítricos (CGC), muestra sus reticencias a la creación del lobby mundial que, auspiciado por su homóloga de Sudáfrica, la Citrus Growers Association, y la interprofesional española del limón y el pomelo, Ailimpo, avanza hacia su constitución definitiva. En un artículo de opinión publicado por el portal especializado Valencia Fruits, el todavía presidente del CGC, Manuel Arrufat, destaca cómo "hasta el momento", la confianza en la patronal sudafricana "brilla por su ausencia".
No en vano, Arrufat apunta en su artículo que la creación de la World Citrus Organization, denominación del lobby citrícola mundial, responde al interés de los exportadores sudafricanos de resolver "dos prioridades claras": reducir el gasto de los tratamientos fitosanitarios que les supone la lucha contra las plagas que la Unión Europea trata de evitar, cifrados en más de 110 millones de euros, y por consiguiente la problemática con los límites máximos de residuos que marca la UE; y "facilitar el diálogo entre la UE y Sudáfrica".
Este segundo punto ya lo recogen los estatutos de la WCO, mientras en lo que se refiere a los tratamientos fitosanitarios, la presión ejercida por la patronal sudafricana parece haber dado sus resultados. Sobre esto, Arrufat recuerda el Encuentro Internacional UE-Sudáfrica, realizado en febrero de 2019 en Ciudad del Cabo y al que asistió la entonces comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström. Fue en aquella reunión cuando los exportadores sudafricanos expresaron sus prioridades, incide el presidente de la patronal española.
En este sentido, Arrufat alerta del espíritu expansionista de la CGA, con un "espectacular aumento de producción de naranjas e híbridos de mandarina tardíos de Sudáfrica". Esto provocará, junto con nuevas campañas en que el tonelaje español volverá a situarse en los "ocho millones de toneladas", que la fruta del hemisferio sur colisione con la española.
Con ello volverá "el clamor entre los citricultores españoles, con precios por los suelos en satsumas, la clemenrubí, clemenules o navelina y que se repita el efecto dominó imparable sobre el resto de variedades", advierte Arrufat.
En cuanto a la transparencia del lobby mundial, el presidente del Comité de Gestión de Cítricos cuestiona si es real el porcentaje del 70% de la producción mundial que desde la WCO afirman que se ha unido a la misma, cuando no ha facilitado el nombre de las entidades ni empresas que se han adherido, sino que simplemente cita los países. Asimismo, y "más allá de la copresidencia; sobre los estatutos, formas de gobierno, proceso de toma de posición... nada se ha concretado", remarca.
Por todas estas razones, Arrufat cuestiona el apoyo que ha prestado Ailimpo, y especialmente su director, José Antonio García, a la nueva entidad. Tanto es así que señala que la CGA "no nos inspira el mismo espíritu constructivo que a Ailimpo". En cuanto a García, apunta que la presidencia de la entidad que compartirá con, "imaginamos que el presidente" de la CGA, Justin Chadwick, "suponemos que será el pago a tan visceral empeño personal".
El Comité de Gestión de Cítricos muestra así por primera vez su postura contraria a la creación del lobby citrícola mundial y se suma a las reticencias que la consejera valenciana de Agricultura, Mireia Mollà, y las organizaciones agrarias, como AVA-Asaja, han mostrado respecto a la World Citrus Organization, sobre todo en lo que respecta a la posibilidad de traer nuevas plagas a Europa.