Ratifica su mensaje de apoyo a la economía europea en la magnitud y tiempo requerido para la recuperación de la crisis provocada por la pandemia
MADRID. El BCE ratifica su mensaje de apoyo a la economía europea en la magnitud y tiempo requerido para la recuperación de la crisis provocada por la pandemia. Este mensaje no llega como sorpresa a los mercados, que tampoco anticipaban ningún movimiento de los instrumentos del banco en esta presentación. Para mayor sorpresa, al margen, el BCE no anotó ningún cambio significativo al panorama económico de la región en relación a las proyecciones de diciembre, lo que se respira con un atisbo de tranquilidad en la operativa del euro.
Lagarde destacó que el balance de riesgos sigue estando sesgado a la baja aunque de forma menos pronunciada. La presidenta del banco señaló que, aunque las continuas restricciones sanitarias seguirán teniendo un impacto negativo en el sector de los servicios en el primer trimestre del año, el impacto de las medidas es moderadamente más limitado.
El punto de mayor atención durante la conferencia de prensa estuvo relacionado con lo que Lagarde describe como “condiciones de financiamiento favorables”. Tomando como ancla la evolución de la inflación y sus expectativas, Lagarde reiteró el significado holístico de la función de reacción del BCE, sin entregar una definición precisa de la misma. En un contexto donde los inversores se preguntan si el BCE persigue una estrategia explícita de control de la curva de rendimientos al estilo de Japón, Lagarde intentó desmantelar esta idea. En cambio, indicó que la toma de decisiones del BCE involucra múltiples factores de una forma no lineal, incluyendo las condiciones de préstamos interbancarios, el costo de los créditos al público, los intereses corporativos y gubernamentales, entre otros.
Con esta vaga definición de la estrategia de política monetaria, Lagarde tiene un punto de ventaja: evitar la presión del mercado hacia una compra excesiva por parte del Banco. Bajo el amparo de la excepcionalidad de la pandemia, uno de los mayores aciertos del BCE es justamente diseñar un programa de políticas flexibles entre sectores y países.
Aún sin explicitar una regla de política, no se puede dejar de reconocer que el BCE ha hecho un excelente trabajo. Los costos de financiamiento en la Eurozona nunca habían sido tan competitivos y el BCE está determinado a ello mientras perdure la pandemia. Dicho esto, el banco señala al menos dos desafíos importantes a tener en cuenta. El primero está relacionado con los retos que supone una campaña de vacunación masiva y los costos asociados a un posible retraso, como parece ser el caso de la Eurozona en comparación con otras economías avanzadas.
El segundo tiene que ver con los cuellos de botella que impiden la correcta transmisión de los mecanismos de política monetaria, entre los cuales destacan los rígidos estándares de riesgo sobre el crédito. El impacto de la reunión de hoy sobre el euro es limitado en una justa medida, pero las claves que deja Lagarde se alinean con nuestro pronóstico alcista para el euro en el transcurso del año.
Olivia Álvarez es analista de Monex Europe