MURCIA. "¿Tiene pensado el consejo de administración de Bankia (BKIA) comprar acciones a la vista de la debilidad del banco en bolsa?". Así preguntó ayer este diario a José Sevilla, consejero delegado de la entidad, en la rueda de prensa telemática posterior a la presentación de los resultados del primer trimestre del año. Tras unos segundos, el CEO respondió: "Pues el consejo no tiene pensado ahora mismo nada en concreto. Nosotros, y esto también es bueno, que cada miembro del consejo tome las decisiones que quiera a la hora de invertir y por lo tanto no actuamos en bloque como consejo".
Pero lo cierto es que, tal y como constató ayer por la noche este diario de la base de datos pública de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), nueve de los 12 consejeros compraron "en bloque" en la primera semana de marzo de 2015. O lo que es lo mismo: los mismos que desde hace más de cinco años no han vuelto a comprar y, por descontado, lo hicieron entonces a precios bastante más caros -más de dos euros por título- respecto a los actuales. Conviene recordar que parte de la retribución variable de los consejeros de BKIA entra en acciones.
Precisamente esos consejeros fue el propio Sevilla junto a -por orden alfabético por apellidos- Joaquín Ayuso, Francisco Javier Campo, Eva Castillo, Jorge Cosmen, José Luis Feito, Fernando Fernández, José Ignacio Goirigolzarri y Antonio Ortega. Los otros tres consejeros han realizado posteriormente adquisiciones de 'bankias' -como se les conoce en la jerga- aprovechando las llamadas 'ventanas temporales'. Antonio Greño lo hizo en julio de 2017; Carlos Egea en octubre de 2018; y la última fue Laura González, cuya compra se ejecutó a finales de agosto del pasado año como contó este diario entonces.
El 'número dos' de BKIA había respondido anteriormente a preguntas de los medios de comunicación que la cotización de Bankia está correlacionada con la del sector, tanto español como europeo; mientras advirtió que "la bolsa irá mirando más el capital que el beneficio y eso va a ser clave"; mientras que a su derecha Leopoldo Alvear, director financiero de la entidad, asentía y señalaba que "la prohibición de las posiciones cortas no ha tenido un inmenso sobre las cotizaciones".
Ambos -junto a Amalia Blanco, directora de Comunicación- comparecieron tras haberlo hecho el presidente Goirigolzarri presentando unos resultados trimestrales, que arrojaron una caída del beneficio del 54% hasta los 94 millones de euros tras haber provisionado 125 millones por el coronavirus. 'Goiri' y Sevilla renunciarán a la retribución variable de 2020 debido a la situación de crisis económica ocasionada por la expansión del coronavirus, tal y como lo manifestó el consejero delegado.
El mismo que señaló que los no ejecutivos no tienen bonus y cobrarán la misma retribución fija que han venido recibiendo durante los últimos ocho años. Una decisión adoptada hace una semana en la última reunión que mantuvo el consejo de administración. Además, recordó que los ejecutivos de la entidad también renunciaron al bonus de 2013, 2014 y 2015. "Tenemos cierto entrenamiento en este tema", apostilló.
Respecto al dividendo extraordinario, el consejero delegado de Bankia destacó la importancia que supone en un entorno de incertidumbre el hecho de contar con exceso de capital. "Cuando tengamos esta situación dominada y la crisis prácticamente pasada, tomaremos una decisión respecto a qué hacer con el exceso", precisó. En cuanto a la situación del balance, Sevilla reconoció que el banco calcula que finalizará el ejercicio 2020 con un coste de riesgo de unos 60 puntos básicos y con beneficios en su cuenta de resultados. El banquero dijo que no serán unas ganancias enormes, pero en cualquier caso descarta incurrir en pérdidas.
El banco domiciliado en València estima que habrá un proceso de compensación en el negocio durante el año. "Aunque a principios de 2020 se pensaba que se iba a crecer en particulares y a experimentar una evolución algo negativa en empresas, ahora es al contrario".
En otro orden de cosas, el consejero delegado de BKIA señaló que la idea de la entidad es volver poco a poco a la normalidad, y para ello están buscando un acuerdo con un proveedor para realizar los test de coronavirus. "Es un tema más complejo que simplemente comprar los tests, pero estamos trabajando ya en esto de manera decidida", remarcó asegurando que para Bankia será más fácil que para otras entidades el proceso de desescalada, ya que el 90% de su red de oficinas está trabajando. La vuelta de la plantilla de los servicios centrales cree que será más lenta debido a que están teletrabajando a plena satisfacción.
Preguntado por la privatización de BKIA, cuyo plazo legal para llevar a cabo esta operación termina a finales de 2021, Sevilla reiteró que es una decisión que debe tomar el Estado, que controla cerca de dos tercios del capital, y no los gestores. Eso sí, y no con falta de razón, adujo que el 'timing' actual es malo debido a la caída importante de los mercados y de las acciones bancarias en toda Europa. "Desde un punto de vista de valoración y precio no es un buen momento, y tampoco creo que ahora mismo sea prioridad de nadie".
En otro orden de cosas, el CEO considera que no existe "urgencia ni necesidad" para que España solicite un crédito puente al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEdE) debido a que el Estado no está teniendo dificultades para financiarse en los mercados. "Las emisiones de deuda pública están teniendo un éxito mayor y una grandísima demanda de inversores institucionales", manifestó.
Asimismo también fue preguntado sobre la nacionalización de algunas empresas en el contexto actual de crisis ocasionada por el coronavirus donde advirtió que no es lo mejor, pero sí recomendable en un momento puntual para apoyar o rescatar a una compañía a la que le haga falta capital. No obstante recalcó que la nacionalización se puede considerar siempre y cuando sea con una visión de temporalidad y de volver a salir al cabo de un tiempo.