MURCIA. La situación excepcional que se ha producido por la crisis del coronavirus y que ha obligado por orden gubernamental al cierre de los establecimientos de hostelería y de ocio ha hecho que centenares de ciudadanos chinos hayan optado por volver a su país en las últimas semanas. En una curiosa situación de ida y vuelta, ya que fue en el país asiático donde surgió el coronavirus en noviembre.
Los locales que regentan ciudadanos de origen chino, que hasta antes de la pandemia eran conocidos por estar abiertos todos los días y con un horario muy amplio, fueron los primeros en cerrar. Muchos lo hicieron incluso antes de la orden del Gobierno.
Muchos lo hicieron por precaución, aunque otros motivos de estos cierres fueron la caída de la clientela, que ya venían sufriendo desde antes de que el virus llegase a España al haberse originado en China, y el desabastecimiento de productos de bazar que llegaban desde el polígono industrial Cobo Calleja de Madrid, uno de los centros industriales más grandes de Europa donde se concentran negocios de importación mayorista de productos fabricados en China y cuya actividad cayó un 90%.
la actividad también ha parado en las naves industriales que ciudadanos chinos tienen en la pedanía murciana de Los Dolores, que llevan días cerradas
Precisamente por esta caída de las importaciones la actividad también se había resentido ya en las naves industriales que ciudadanos chinos tienen en la pedanía murciana de Los Dolores. Y es que estas grandes instalaciones que ocupan ambos de la carretera que une la localidad con La Azacaya, donde hay más de 30 naves que ofrecen productos de bazar, ropa y un largo etcétera de material importado de China, hace semanas que redujeron su horario e incluso cerraron.
"Voy a cerrar unas semanas y me vuelvo a mi país, ya que allí la situación está muy controlada". Quien lo contaba hace unos días a Murcia Plaza es Guo Li, que regenta una tienda multiprecio en el centro de Murcia. Pero él es sólo uno de los ejemplos de los comerciantes de ese país que sufre la crisis del coronavirus y ha optado por regresar a su país.
Otros cerraron sus negocios y esperan en la Región que todo vuelva a lo normalidad. "Ya desde que empezó a hablarse del coronavirus la gente no entraba a comprar en la tienda porque somos chinos, y no vendíamos casi nada. Vamos a aprovechar para hacer reformas y cerraremos unas semanas", aseguraba uno de los propietarios de un bazar chino en el barrio del Carmen que prefiere no dar su nombre. En situación similar se encuentran comerciantes asiáticos de toda la Región. Y es que el coronavirus ha podido con todo.