Las medidas de los principales gobiernos europeos han resultado insuficientes, mientras las bolsas vivieron una auténtica 'semana negra' como explica el analista
MADRID. 'Semana negra' la vivida en las bolsas y que, sin duda, marcará un antes y un después en los mercados. El Ibex 35 arrastrado por la crisis del coronavirus se dejó más de un 20% tras firmar con una caída del 14% el pasado jueves la peor sesión en sus casi 30 años de historia. Wall Street, por su parte, tuvo que suspender dos veces en las últimas cinco sesiones la operativa en sus acciones temporalmente para frenar la avalancha de ventas. Lo dicho, una semana que pasará a la historia.
Debacle bursátil de unas economías que se confiaron ante el poder de contagio del coronavirus cuando acechaba China. Las medidas de los principales gobiernos europeos han resultado insuficientes y lo peor de todo es que el cénit de esta crisis sanitaria es todavía desconocido. Es por todo ello que los inversores han optado por huir despavoridos de unas bolsas que han registrado caídas de récord. El 15% de recorte semanal en Wall Street suena incluso leve cuando lo comparamos con el 20% de las europeas.
La acometida de los bancos centrales -acostumbrados a domar sin problemas a esa fiera que son las bolsas- ha tenido muy poco efecto. Ni la bajada de tipos del Banco de Inglaterra, ni la inyección de la FED y, desde luego, ni la pasividad del BCE han logrado calmar los ánimos de venta que siguen muy vivos.
'Santanderes' a 2,2 euros por acción o 'telefónicas' a menos de 4 euros lanzan estos días cantos de sirena a muchos inversores que se piensan si invertir parte de lo que aún queda en ellas. Lo único cierto estos días es que el mercado es un cuchillo que cae de punta, y el que trate de cogerlo antes de que pare se está jugando la mano.
Me acuerdo estos días del consejo de un antiguo profesor de finanzas que decía que el whisky y la manzanilla eran las dos mejores herramientas que tiene un inversor, ya que ambas le ayudan a calmar esos nervios que se instalan en el estómago y contribuyen a tomar mejores decisiones. La verdad es que, si el supermercado de su zona no ha cerrado todavía, no está de más comprar una de las dos o incluso ambas.
Son -y van a ser- semanas muy duras en los mercados y no tienen que hacer que nos precipitemos en nuestras decisiones, tanto de compra como de venta; y por tanto todo lo que hagamos lo llevemos acabo acorde a nuestro propio plan y sobre todo ajustándonos a lo que podemos permitirnos. Esperemos que estos días negros queden pronto atrás y la normalidad vuelva a los mercados... y muy especialmente a nuestro día a día.
Javier Urones es analista de XTB