A mediados de primavera está previsto que lleguen a los cines y televisiones las creaciones más ambiciosas de tema LGTBI. Historias de amor en momentos vitales alejados de los tópicos, relaciones lésbicas invisbles, pasiones en etapas de contienda, y documentales sobre personas transgénero nos ampliarán el mapa de diversidad sexual en medios audiovisuales, con propuestas que ya triunfan en festivales internacionales
MURCIA. Tras la reclusión forzosa y el cierre de las salas de cine, empezará una etapa llena de nuevos alicientes. Disfrutaremos de todas las sensaciones y estímulos como si fuera la primera vez. Muchas de las historias que llegarán a las salas de cine nos permitirán observar desde una mirilla el delicado asunto de la libertad; de lo que cuesta alcanzarla, del precio de una confesión prohibida. Recopilamos algunas de las mejores cintas que podremos ver con un dardo en la diana de la diversidad sexual, retratando personajes clave o deambulando entre biografías inexploradas en la historia de la cinematografía.
Summerland llegará a los cines cuando la crisis del COVID-19 lo permita, tras pasar por el Flare London LGBTIQ+ Film Festival, uno de los eventos consolidados, con más de treinta años proyectando nuevos lenguajes de cine al mundo. En la película escrita y dirigida por Jessica Swale (una directora novel y milenial, becada por los BAFTA y ganadora del Premio Olivier de teatro) nos permitirá regresar a los años 40, durante la Segunda Guerra Mundial. Conoceremos así la experiencia de Alice (Gemma Arterton), protagonista de una historia lésbica que nace de la reclusión, de la pérdida de conexión social durante una etapa oscura, de pérdida de los derechos esenciales y de todas las libertades.
Por ese preciso motivo vamos a empatizar mucho con una narración que no solo habla del encuentro fortuito, de la seducción, el sexo y la privacidad de los sentimientos, que reconocimos recientemente en películas como Moonlight (Barry Jenkins, 2016) o anteriormente en Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005). En Summerland aparece también una descripción lineal de cómo evolucionan esas pasiones hacia una relación de otro tipo, que se prolongan mucho más allá del tiempo que describe la guionista.
Rompiendo moldes del ámbito transgénero, el director transexual estadounidense Sam Feder estrenará Disclosure: Trans Lives on Screen, y lo pretende hacer en las grandes pantallas europeas. Por ahora, está embargada por el Sundance Festival, donde se presentó en enero. Se trata de un documental en el que se reescribe la historia del cine y la televisión a través de caras y protagonistas trans. Un ejercicio que nos permite acercarnos al lado personal de personajes públicos, algunas estrellas del cine, que juntas tratan de responder a la pregunta sobre qué reportó a sus vidas una aparición pública y un reconocimiento desde los medios audiovisuales como personaje de ficción transgénero.
Disclosure propone algo tan inédito como necesario: visibilizar las ansiedades y los anhelos de personas que en la pantalla han representado al colectivo trans logrando una enorme repercusión social, pero en lo privado, y en la intimidad sufrieron el menosprecio de la incredulidad. También de las mentiras y falsos relatos de la cruda realidad. Se documentan las voces de una lucha impotente contra la sociedad, que no estaba preparada para tantos cambios en el siglo XX. También propone golpes de humor, en los que podremos apreciar el paralelismo entre las creencias de la sociedad sobre las personas trans, y la realidad de cada día. El documental explora la representación de la comunidad trans y ha dado forma a una descripción bastante precisa de un grupo marginado e incomprendido de personas que, como se ha comprobado, impactan por ser socialmente valientes y profesionalmente muy talentosas.
A nivel estatal, podremos disfrutar durante las próximas semanas de confinamiento con la enésima creación de los directores Ambrossi y Calvo que retratan en una serie a La Veneno, utilizando como guión la exitosa biografía que escribió Valeria Vegas.
En la misma línea de visibilización transgénero, los Javis, los directores españoles Javier Ambrossi y Javier Calvo llevan haciendo promoción desde hace meses de su nueva creación: Veneno. La idea nació tras la publicación de la biografía ¡Digo! Ni puta ni santa de Cristina Ortiz, La Veneno, escrita a modo de transcripción de entrevistas a cargo de la valenciana Valeria Vegas, justo un año antes de su muerte repentina y trágica. Se produjo tres días antes de su reaparición en televisión. Ahora el biopic hecho serie, que se estrena el 29 de marzo en la plataforma digital Atresplayer Premium, ha contado con tres actrices, todas ellas mujeres trans. La Jedet, cantante de trap, influencer y vedete interpreta la etapa de juventud, su llegada a Madrid y al mundo de la prostitución; Daniela Santiago se refugia en la época empoderada, cuando Cristina Ortiz ocupó horas de televisión en prime-time desgañitándose contra el mundo, vertiendo frivolidad y dramatismo a partes iguales, dando patadas a la corrección política y lingüística; e Isabel Torres se hará cargo del declive, de la inmersión en las drogas, el alcohol y los problemas que le llevaron a su inesperado final.
La serie aspira a romper el cliché del personaje cómico para profundizar en una vida muy dura. En el inicio veremos los momentos más ásperos y violentos, cuando ejercía la prostitución en el Parque Oeste de Madrid, que se convirtió en su propia casa. Y de ahí, pegaremos al salto a los platós, a su relación con los personajes de la política, a su transformación interna cuando cambió la calle por los platós y vivía rodeada de falsos lujos. También conoceremos capítulos de su dura adolescencia, de esa transformación externa que habitualmente ha sido el eje de las biografías trans, y que aquí queda reducida a la anécdota. La sociedad está cambiando y esta serie es un producto dirigido a un nuevo modelo de espectador, que ya conoce bien la lucha transgénero.
El cine asiático ha tardado mucho tiempo en tratar abiertamente cuestiones de homosexualidad y diversidad sexual, pero ahora cuenta con festivales tan importantes como el Kashish Queer Film Festival, que cumple ahora una década. Precisamente desde Hong Kong llega la película Suk Suk, que romperá clichés.
Con muchas opciones de recibir galardones internacionales, en mayo previsiblemente podremos disfrutar de Suk Suk, la última propuesta cinematográfica del director chino Ray Keung. Relata una historia de amor romántico, que se produce entre dos hombres en el crepúsculo de sus vidas: Hoi, un padre soltero jubilado de 65 años, y Pak un taxista que rechaza retirarse a los 70. Ambos son vecinos y sus familias no conocen su verdadera orientación sexual; pero están orgullosos de haber construido una vida estándar al margen de sus deseos más privados. De ahí, nacerá una relación iniciática, de conocimiento mutuo, bonita pero compleja. Hasta que el hijo de uno de ellos tendrá sospechas de esa amistad tan tierna y tan invisible. Se verán envueltos en dudas sobre si continuar manteniendo abierta la puerta hacia su pasado o dar un paso trascendental hacia delante. Una propuesta que, sin duda, marcará un nuevo hito para el cine del género, y abrirá la senda de la exploración en el terreno sexual desde el prisma de la tercera edad.