ELCHE. La pedanía de Les Salades será una de las primeras partidas rurales del municipio ilicitano que cuenten con una planta de energía fotovoltaica, una suerte de fiebre solar que en otros puntos de la provincia, en el Vinalopó medio está a pleno rendimiento, y que en Elche y su entorno despega poco a poco, sea con proyectos que parten desde la ciudad o que se implantarán en ella. En este último caso, como contó este medio, en Les Salades se instalarán dos plantas fotovoltaicas y una de ellas, 'FV Saladas I', promovida por Pydesa Renovables, una ingeniería de Murcia dedicada al sector y que cuenta con socios en la Comunidad Valenciana. El proyecto está en su última fase del trámite administrativo y supondrá una inversión de 2,8 millones de euros.
Tanto la otra planta, 'Polo Norte', que promueve Fotovoltaica Polo Norte y que tendrá entre 4,5 y 4,9 MW en casi 10 hectáreas, como la mencionada, promovida por Pydesa, tienen en común que son del mismo propietario, el empresario Francisco Javier García Llamas, quien impulsa otro parque solar en otra pedanía ilicitana, Perleta. FV Saladas I tendrá una potencia máxima de 4,400 MW, por lo que se trata de una relativa 'pequeña' planta, como otras en marcha en suelo ilicitano. Asimismo, tras haber pasado la consulta de distintas administraciones, entre ellas la local, varias consellerias, el Ministerio de Fomento por la servidumbre de la A-7 o la Mancomunidad del Taibilla, el tamaño de la misma se ha visto reducido. Aunque no de una forma relevante, de los 13.230 módulos solares que se iban a instalar, finalmente serán 10.584, con una separación en el sur de las parcelas por los linderos.
Así, la inversión de la actuación será de 2.894.124,62 euros. Se espera que con la ocupación de algo más de 6 hectáreas de estas placas, se evite la emisión de 1.670 toneladas de CO2 anuales. Asimismo, otra de las novedades es la solicitud de la firma para ocupar temporalmente una vía pecuaria, ya que el proyecto se cruza con el 'Assagador dels Mollons de Bru' y tiene que instalar una línea subterránea de media tensión. Una vez que la planta finalice su actividad, vida útil estimada de 30 años, y antes de proceder al desmantelamiento de las instalaciones, se procederá al desconectado de la planta de la red eléctrica y a la restauración del entorno. Mientras tanto, se han planteado distintas actuaciones de arbolado para tapar las instalaciones y amortiguar el impacto visual.