Los mercados finacieros tienden a recuperarse del 'susto inicial' consolidando ganancias de forma progresiva como advierte el gestor de fondos de inversión
VALÈNCIA. Ante la creciente tensión entre Irán y Estados Unidos y la incertidumbre y nerviosismo que esto despierta entre el resto de potencias mundiales, hay una pregunta que se repite constantemente en mi correo durante los últimos días: ¿cómo afectan al mercado los conflictos militares a las bolsas? Para saberlo, he recopilado datos del mercado en anteriores conflictos militares como son:
Para estudiar cómo se comporta el mercado ante este tipo de situaciones, he preparado el siguiente gráfico que muestra cómo se ha comportado históricamente el S&P 500 los 30 días de negociación previos y los 150 días de negociación siguientes ante el inicio de conflictos bélicos. El día 0 corresponde a la primera jornada hábil después de que se iniciasen las guerras.
Es indiscutible que en los días siguientes a los inicios de un conflicto militar el mercado se resiente, de hecho, los días previos al inicio de las guerras el mercado ya tiende a mostrar ciertas dudas. El nerviosismo y la incertidumbre generan ventas de pánico en las jornadas siguientes al inicio de las acciones militares. Ahora bien, apenas tres semanas después del inicio de los conflictos, los mercados tienden a recuperarse del 'susto inicial' consolidando ganancias de forma progresiva.
De media, transcurridas 54 jornadas desde el inicio de los conflictos militares el mercado ya ha logrado recuperarse de todas las pérdidas generadas por el pánico tras la declaración de guerra (y la incertidumbre inicial), y no solo eso, durante los meses siguientes el mercado tiende a generar fuertes revalorizaciones.
Repasando las noticias económicas durante los conflictos militares de cada época te das cuenta de que existe un denominador común: los inversores tienden a sorprenderse con las revalorizaciones experimentadas por los mercados durante conflictos bélicos, pero lo cierto es que los mecanismos por los que se mueven las bolsas están muy alejados del dolor humano, del horror o del sufrimiento.
Los mercados funcionan de otra manera y muchas empresas se ven beneficiadas por reconstruir zonas devastadas o los grandes pedidos que reciben a raíz del conflicto militar (desarrollo de tecnología, suministro de materiales…). Al final, más allá de la situación de dolor, nos guste o no, en los mercados es toda una cuestión de dinero.
Ricardo González es gestor del fondo GPM International Capital
Los inversores temen la caída de las bolsas y transfieren sus inversiones hacia activos más seguros como son la renta fija, oro, yen japonés o el franco suizo