MADRID. Las empresas que generalmente producen ingresos regulares para los jubilados son las que mantienen posiciones dominantes en sus campos, tienen una marca fuerte y una escala masiva difícil de alcanzar para sus competidores. Coca-Cola, con sede en Atlanta, cumple todos esos requisitos.
La mayor corporación de bebidas del mundo tiene la titularidad o la licencia de más de 500 marcas de bebidas sin alcohol, incluyendo bebidas espumosas y refrescos no carbonatados. Vende sus productos en más de 200 países y cuenta con 21 marcas individuales que generan 1.000 millones de dólares o más en ventas anuales.
Respaldada por esta sólida cartera que genera fuertes flujos de efectivo, Coca-Cola ha sido muy consistente en el pago de dividendos a los jubilados. La compañía lleva repartiendo dividendos al menos 50 años consecutivos. La historia, por supuesto, no proporciona una garantía de rendimiento futuro, pero ciertamente puede decirnos mucho sobre el negocio y sus fortalezas.
Que Coca-Cola haya sido capaz de aumentar su dividendo 57 años consecutivos es una prueba más que suficiente de la fortaleza de la marca y la capacidad de la compañía para capear una gran variedad de eventos económicos y culturales: recesiones, caídas y cambios de preferencias de los consumidores.
Con un rendimiento de dividendo anual del 3,1%, Coca-Cola paga 0,41 dólares por acción en dividendos trimestrales. Sus acciones son adecuadas para los inversores a largo plazo que necesitan ingresos regulares para ayudar a financiar sus años dorados.
Haris Anwar es analista senior de Investing.com
