MURCIA. Cuando el diseñador gráfico Adrián Martín escuchó por primera vez el nombre de la entonces primera ministra británica, Theresa May, dio un respingo. El fuerte acento inglés y su oído valenciano le jugaron una mala pasada, ¿cómo podía Reino Unido estar dirigido por alguien llamado ‘Choriza’ May? La confusión duró poco, pero dio pie al nacimiento de su alter ego, una drag queen que, desde los bares de la ciudad de Newcastle, donde vive desde hace años, está removiendo la escena inglesa. Su mensaje anti-brexit -“I vote stay with Choriza May”- resuena ahora más que nunca, un proyecto que tiene una base política, aunque enmascarada con varias capas de maquillaje y pestañas postizas. “La gente no viene a los drag shows para que les des una lección de política, viene a que les entretengas, pero yo siempre encuentro la manera de hacer ambas cosas a la vez. Creo que es importante hablar de política en la vida real, fuera de las redes sociales, tener más conversaciones cara a cara e intentar comprender mejor a la gente y en qué situación se encuentran”, explica.
Poco a poco la drag valenciana se está convirtiendo en un nombre habitual de la escena inglesa, tanto es así que su nombre suena en los principales medios de comunicación británicos. Fue su acercamiento explícitamente político al drag lo que le llevó a participar en un reportaje para ITV, la principal cadena de televisión privada inglesa, en un reportaje que supuso un primer coqueteo que abrió más y más puertas. Tanto es así que la pasada semana tuvo cita doble en la pequeña pantalla inglesa. Por un lado protagonizó uno de los reportajes del programa BBC Inside Out, una suerte de Informe Semanal, y, junto a otras drag, ha participado en el concurso de ITV2 Celebability. En pocos meses hará lo propio con un cameo en la versión anglo de Gandia Shore, Geordie Shore, emitida por el gigante MTV y distribuida a decenas de países. Pero, ¿cómo empezó todo esto? Fue su victoria en el concurso Drag Idol, que se celebra desde hace más de una década, lo que dio un empujón definitivo a su proyecto, que tenía un punto de partida arriesgado: un español en Inglaterra con un discurso anti-Brexit. Pero vino, vio y venció.
“El drag ahora mismo tiene una plataforma enorme y es nuestra responsabilidad usar esa plataforma de la mejor manera. La actuación del Brexit es tanto querida como odiada en Reino Unido... supongo que depende en lo que la gente del público votó [ríe] He tenido desde gente gritando y adorando la actuación, a gente yéndose mientras la hago, incluso gente esperando a que acabe el show para disculparse por votar ‘Leave’ en el referéndum. Para mi todas las reacciones son igualmente válidas: si te molesta, perfecto; si te gusta, ¡mejor! Pero en ambos casos estas pensando sobre mi mensaje. Eso es lo que quiero”, explica Choriza May.
Aunque el discurso político venga matizado por una gran peluca, su carta de presentación no deja lugar a dudas: quiere apretar las tuercas de quién la vea. “No me odies por ser guapa, ódiame por ser inmigrante”. De esta forma se presenta en la BBC, un mensaje con el que se apropia de los ataques que pudiera sufrir, del mismo modo que se enfrenta a ello el cantante Chenta Tsai -conocido como Putochinomaricón-, una frase dedicada, explica, a la gente racista, machista y homófoba. “Es una manera de mostrar que me la pela lo que piensen de mi. ¿Me odias? Perfecto, me das una raz´n para seguir trabajando más duro para cambiar mentes rancias como la tuya. Las opiniones son como los anos, todo el mundo tiene uno, pero algunos están llenos de mierda”.
Es imposible no vincular el momento que está viviendo Choriza May y otras drags con el efecto de Rupaul’s Drag Race, el programa de telerrealidad que ha acercado el arte del drag a espacios hasta ahora ajenos al underground LGTBIQ. El gigante, además, no hace más que crecer y el pasado año contó con una primera edición en Reino Unido emitida por BBC Three, que ya trabaja en la segunda, que suma a las emitidas por Tailandia o, próximamente, Canadá. “Desde que Drag Race UK salió en la BBC a las drags locales nos han llegado muchísimas oportunidades de trabajo. Es genial que cada vez se acepte más y más gente se pueda dedicar a esto”, explica.
Sobre la posibilidad de exportar el programa a la televisión española, un solo mensaje: "¡Que alguien llame a La Prohibida, por favor!”. Esta conquista del mainstream, incide, ha ayudado a que cada vez más gente comprenda de qué trata el arte del drag, una plataforma que en muy poco tiempo ha potenciado la presencia de artistas drag en medios de comunicación, aunque también ha generado reflexiones internas en el colectivo. Habrá que ver cuál es el futuro próximo de este boom televisivo que está visibilizando aquello que desde hace años se da en los márgenes de la sociedad. Por lo pronto, lanzamos a May -Choriza, no Theresa- pregunta que todo el mundo hace, ¿participaría en la versión británica del programa? “¿Una drag valenciana en Drag Race UK con un vestido de fallera? El mundo necesita verlo”.
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