Los mercados habían subestimado la posibilidad de que la variante delta hiciera mella en las cifras de crecimiento del tercer trimestre
MADRID. Las perspectivas de una tregua veraniega parecen mucho menos probables tras la fuerte caída de los mercados de riesgo del lunes y el posterior rebote en la renta variable. Con la llegada de las vacaciones, nos parece que hay dos consideraciones pertinentes para los inversores: ¿fue la experiencia del lunes un presagio de nuevas caídas del mercado, o el rebote pone de manifiesto la voluntad de los inversores de poner a trabajar el efectivo para comprar cada caída? Creemos que ambas fuerzas desempeñarán un papel importante, pero, en general, es probable que nos enfrentemos al menos a un bache en el camino hacia la plena recuperación económica y, en nuestra opinión, es ahora cuando estamos sobre ese bache. A continuación analizamos los motivos.
En primer lugar, los mercados han recorrido un largo camino desde el desplome económico del año pasado. Así, casi sin pausa, los participantes del mercado han descontado plenamente una recuperación considerable. Sin embargo, es posible que esta recuperación no sea tan fuerte como se esperaba en un principio, especialmente tras la plena reapertura de la economía, como demuestran los indicadores económicos procedentes de China, que precipitaron un recorte del coeficiente de reservas obligatorio del PBOC a principios de este mes.
En segundo lugar, los mercados habían subestimado la posibilidad de que la variante delta hiciera mella en las cifras de crecimiento del tercer trimestre. El planteamiento de las autoridades del mundo desarrollado parece actualmente permitir que la variante se disperse entre la población y esperar que los exitosos programas de vacunación mantengan bajas las hospitalizaciones y las tasas de mortalidad. Aunque esta estrategia puede resultar acertada, el doble escollo de contraer la enfermedad y la necesidad de autoaislarse impide actualmente que una parte importante de la población activa acuda al trabajo. Mientras tanto, en los países menos vacunados, las tasas de mortalidad aumentarán y la respuesta de las autoridades variará. Asimismo, la economía aún no ha alcanzado su capacidad productiva total, y es probable que continúen las interrupciones en la cadena de suministro.
El argumento que, en nuestra opinión, justificaría un verano con ligeras perturbaciones se centra en el incierto resultado producido por la estrategia de los gobiernos de los mercados desarrollados de permitir que el virus se extienda entre la población. Los mercados tendrán que soportar muchos titulares negativos durante varias semanas mientras se desarrolla esta estrategia, incluidos los anuncios ad hoc de cambio de políticas. Hasta ahora, las medidas de cierre han sofocado cada una de las oleadas del virus; ¿tendrán las autoridades competentes la determinación de hacer frente a esta última oleada sin pecar de precavidos una vez más? Desde nuestro punto de vista, es probable que se produzcan cambios rápidos en las políticas, como el anuncio del lunes de EE.UU. de recomendar a los residentes que no viajen al Reino Unido, lo que desestabilizará los mercados e inhibirá el crecimiento.
Para que quede claro, he dicho "ligeras" perturbaciones debido al gran volumen de efectivo ocioso que se mantiene al margen a la espera de que se produzca esa caída. Teniendo en cuenta la acumulación de riqueza en el sector de la banca privada durante el segundo trimestre, y las numerosas recomendaciones de los bancos de inversión para que se reduzca ligeramente el riesgo, nos parece claro que los inversores están posicionados para los acontecimientos del mercado a corto plazo. Además, cualquier caída de la actividad económica no hará sino justificar la postura de los principales bancos centrales de mantener sus políticas muy acomodaticias durante más tiempo.
Muchos de estos factores ya están descontados por los bonos del Tesoro estadounidense, y los rendimientos del bono a 10 años está ahora 50 puntos básicos por debajo del máximo alcanzado a principios de año. Asimismo, la curva a 2/10 se ha aplanado significativamente, situándose por debajo de los 100 puntos básicos. Así pues, aunque este posible bache en el camino puede crear algunas presiones inflacionistas temporales adicionales, también sirve para quitarle algo de presión al crecimiento de las economías, lo que debería ayudar a mantener los bonos del Tesoro más estables, cuya alteración creemos que es clave para los mercados de riesgo en el cuarto trimestre.
Desde la perspectiva del riesgo crediticio de la renta fija, no creemos que esto cambie los argumentos sobre los fundamentales, que siguen siendo favorables. Aun así, puede hacer que las valoraciones sean ligeramente más atractivas y presentar una oportunidad de mejorar las carteras para aquellos que tengan una liquidez y unos saldos de efectivo adecuados.
Mark Holman es director general de TwentyFour AM (boutique de Vontobel AM)