MURCIA. "Presentamos a los accionistas de Banco Sabadell una oferta extraordinariamente atractiva para crear una entidad con mayor escala en uno de nuestros mercados más importantes". Así se pronunciaba el presidente de BBVA, Carlos Torres, el pasado 9 de mayo, momento en el que la firma que encabeza anunciaba una oferta pública de adquisición (opa) hostil sobre Banco Sabadell. Una acción que se producía días después de que el consejo de administración de esta última rechazase una propuesta de fusión al considerar que "infravaloraba significativamente el proyecto" de la entidad, así como "sus perspectivas de crecimiento".
Un centenar de días después, la operación sigue su curso y ha completado fases cruciales para su desarrollo como es el caso de la reciente aprobación de ampliación de capital de BBVA, de 551,9 millones de euros, necesaria para poder acometer el canje de acciones de Banco Sabadell si la opa acaba llegando a buen puerto. Cabe recordar que la oferta contempla el cambio de 4,83 acciones de Sabadell por cada título de BBVA, lo que supone una prima del 30% a precios del 29 de abril, momento en el que se anunció la propuesta inicial de fusión. De esta manera, los accionistas de Banco Sabadell tendrían aproximadamente un 16% de participación en la entidad resultante.
Esta operación afectaría también en la Región de Murcia. Según las cifras a cierre de 2023 aportada por los sindicatos y también recogidas en el VI Observatorio Financiero regional del Icref y la Cátedra de Competitividad de la UMU, el Banco Sabadell cuenta con 70 oficinas y unos 550 empleados (este último dato según los sindicatos, porque la entidad puntualiza que son unos 300). Por su parte, el BBVA dispone de 49 locales y da empleo a 264 trabajadores. En total, los dos juntos formarían una entidad financiera de 119 sucursales y 814 empleados.
Con todo, el banco resultante de la fusión no desbancaría al líder de la Región, que es CaixBank (donde se integró BMN, quien a su vez incluía a Caja Murcia), con 163 establecimientos en todo el territorio regional. Tampoco superaría a la cooperativa de crédito Cajamar Caja Rural, que suma 129 oficinas de las 174 que hay en la Región. En total, hay 534 oficinas en funcionamiento, según el el Observatorio Financiero de la Región de Murcia, que se basa en informaciones del Banco de España.
En el ámbito institucional, el presidente murciano, Fernando López Miras, expresaba en mayo su preocupación "pase lo que pase" por "los ciudadanos de la Región para que sigan teniendo un buen servicio" y también por los "ciudadanos de la Comunidad que trabajan para alguna de las dos entidades financieras", para que "no se vean afectados por su trabajo". No obstante, Miras, que se define como un liberal pragmático", considera que "es el mercado el que tiene que regularse" y que esta operación "depende de dos entidades financieras de ámbito privado".
Mucho más firme se mostró su homólogo en la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón: "Esta comunidad tiene dos entidades financieras con una marca valenciana especial y no queremos que haya solo una, queremos que siga habiendo dos, y a ser posible más". Según pudo saber Valencia Plaza, el jefe del Consell también ha tenido oportunidad de reunirse con el presidente de BBVA, Carlos Torres, aunque dicho encuentro no figuró en su agenda oficial". Hay que tener en cuenta que Alicante es la sede social del Sabadell y esta se perdería en el caso de que la operación se completara.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) realizará un análisis de esta posible operación por códigos postales. La mayoría de municipios cuentan con un único código postal, aunque las grandes ciudades tienen varios. Este tipo de fórmula ya fue utilizada en operaciones como la absorción de Bankia por parte de CaixaBank en 2021. En este caso, culminó con el visto bueno a la operación, pero con una serie de "compromisos" para que la "débil presión competitiva" en algunas zonas no empeorara las condiciones de los clientes.
Con todo, los próximos meses tras el verano serán claves para el avance de la operación. Por ahora, está pendiente la respuesta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y el Banco Central Europeo (BCE), una serie de reguladores de cuyos veredictos dependerá el avance (o no) de la operación. BBVA estima que estos procesos se alarguen entre seis y ocho meses; y espera respuesta de la CNMC en un plazo de entre cinco y seis meses. Todos ellos a contar desde el pasado 9 de mayo.
En cualquier caso, el primero en pronunciarse será el BCE, encargado de analizar "la viabilidad y sostenibilidad del acuerdo alcanzado". La valoración de este organismo no entra en cuestiones de competencia, sino que pone el foco en el estudio de la solvencia de la entidad bancaria resultante. Con el visto bueno de este organismo, la CNMV ya tendría capacidad para aprobar la operación, lo que permitiría a BBVA abrir el periodo de aceptación, que debe durar entre 15 y 70 días naturales.
La entidad presidida por Carlos Torres ha recibido, además las aprobaciones de autoridades de competencia de EEUU, Francia, Portugal y Marruecos, y ha presentado documentación ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), el equivalente a la CNMV en EEUU. Entre los riesgos que BBVA reconoce ante este organismo se encuentra el hecho de parar la opa si Competencia se opone a la misma, pues BBVA no necesita la autorización de la CNMC para lanzar la opa, pero sí para lograr su eficacia.
Competencia puede archivar la operación, autorizarla (con o sin compromisos) o llevarla a una segunda fase para estudiarla de forma más concreta. En este último punto podría añadirse la participación de otros agentes interesados. La firma de análisis Kepler Cheuvreux apuntaba en un informe el pasado mes de julio la posibilidad de que la CNMC decida llevar este caso a una segunda fase. Además, la oferta presentada por BBVA está condicionada a otros factores como que el 50,01% de los accionistas de Banco Sabadell acuda al canje de acciones, así como a la autorización de la Autoridad de Regulación Prudencial (PRA) de Reino Unido, donde Sabadell cuenta con su filial TSB.
De llegarse a completar la opa, el proceso pasaría a una segunda fase, el de fusión de ambas entidades, que requiere la autorización del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, cuyo titular, Carlos Cuerpo, ha mostrado en varias ocasiones su rechazo. En cualquier caso, BBVA apunta que la integración entre ambas firmas "debería concluir a mediados de 2025", entre 6 y 8 meses después de la aceptación de la operación.
Más allá de esta operación, lo cierto es que ambos bancos atraviesan un momento dulce por lo que a sus resultados se refiere. BBVA ha ganado 4.994 millones de euros en el primer semestre del año, un 23% más que en el mismo periodo del año anterior; mientras que Banco Sabadell ha disparado un 40,3% su beneficio en los primeros seis meses del año, hasta los 791 millones de euros.
Asimismo, Sabadell aumentó en 500 millones de la remuneración prevista al accionista entre este año y el próximo, hasta los 2.900 millones de euros, un 20,8% más. Además, el consejero delegado de la entidad bancaria, César González-Bueno, aseguró durante la conferencia ante los analistas para explicar los resultados semestrales que la firma tiene "potencial" para elevar aún más esta retribución.