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como ayer / OPINIÓN

Historias y curiosidades de las fiestas de El Carmen de Murcia

11/07/2024 - 

Ya está el Barrio en fiestas. El Barrio de El Carmen, se entiende, que hasta hace no tanto dar esta explicación en Murcia era innecesario, ya que ese barrio, así sin más, no podía ser otro que el carmelitano, separado del resto de la ciudad por esa barrera física y, sobre todo, psicológica, que es el río Segura.

Estos ayeres se han ocupado en otras ocasiones de las celebraciones que en honor de la Virgen del Monte Carmelo organiza su barrio desde antiguo, pero estas fiestas encierran tantas curiosidades que siempre son un motivo para volver sobre ellas.

Empezando por el trono, que durante muchos años lució la imagen en sus salidas procesionales del 16 de julio, un curioso montículo a base de piezas de corcho, al estilo de las que desde siempre han simulado en los belenes las cordilleras de Tierra Santa, que quería representar el Carmelo, debidamente adornado de flores e iluminado. Nunca llegué a verlo en procesión, pero sí desmontado, en una habitación de las tribunas del Carmen.

También, al hilo de lo anterior, se nos brinda la ocasión de señalar que el Monte Carmelo está en Israel, junto a la ciudad de Haifa, cerca de la costa mediterránea, y en las cuevas que siempre hubo allí se refugiaron unos ermitaños, que allá por el siglo XII crearon la Orden de los Carmelitas, que tuvo y tiene por patrona a la Virgen del Carmelo o del Carmen, cuyo culto se expandió por el Mundo y encontró especial arraigo en España, donde dio santos como Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz, fundadores de las ramas femenina y masculina de los descalzos, una rama surgida de la orden original, pero que, en la práctica, representa una fundación diferente.

Y si me he referido al trono, hay que hacer mención también de la imagen que preside el templo camelitano, atribuida muchas veces a Nicolás de Bussy, pero adjudicada en las últimas décadas, con más probabilidad de acierto, a Nicolás Salzillo, dadas sus patentes semejanzas con la Santa Catalina titular del templo del mismo nombre, obra reconocida del escultor napolitano.

Se salvó de la destrucción de la antigua iglesia carmelita durante los primeros días de la Guerra Civil porque su camarero, José Hernández Mora, al ver el cariz que tomaban los acontecimientos, la sacó a escondidas de la Iglesia y la depositó en el domicilio de una vecina, devota carmelitana, donde permaneció hasta unos días después del final de la contienda, cuando fue devuelta a su templo.

"Se salvó de la destrucción de la antigua iglesia carmelita durante los primeros días de la Guerra Civil porque su camarero la sacó a escondidas de la Iglesia"

La Virgen del Carmen, titular de la parroquia y patrona del Barrio, fue coronada por el obispo Juan Antonio Reig Pla, en la plaza de Belluga, el último día del mes de mayo de 2008, convirtiéndose así en la tercera imagen mariana que era objeto de este reconocimiento en la ciudad, tras la Virgen de la Fuensanta, en 1927, y la Dolorosa de la Cofradía de Jesús Nazareno, en 2006.

Pero no fue la Coronada la única imagen de esta advocación que recibió culto en la iglesia del Barrio, pues hubo otra, también de vestir, atribuida a Roque López, que presidió durante mucho tiempo la llamada capilla de la Portería, por encontrarse en el lugar que desempeñó esta función en el desaparecido convento carmelita, siendo tenido este espacio por el único vestigio del mismo.

En aquella capilla, con entrada independiente desde la calle y comunicación interior con la Iglesia, por la que históricamente salió la procesión de la Sangre cada Miércoles Santo, se celebraron, largos años, las novenas del Carmen, durante los nueve días anteriores a la fiesta grande del 16 de julio, y era la imagen vicaria de la Titular del templo la que era objeto de aquellas oraciones.

Cuando desapareció la capilla de la Portería, y el gran paso colorao del Lavatorio pasó a ocupar el espacio donde se emplazaba el altar, la imagen fue retirada de la iglesia carmelitana y quedó depositada en casa de sus camareros, de donde salió, muchos años después, para incorporarse a la procesión del Cristo Yacente los Sábados Santos de 1991 a 1997, vestida a la usanza hebrea, con túnica color hueso y manto rojo vino, y con la denominación de Virgen de la Luz.

Cuando la talla de vestir dejó de salir en procesión y la cofradía se trasladó de Santo Domingo a San Juan de Dios, pasó la antigua Virgen del Carmen a la sede social de la entidad, y de allí a la parroquia de la Sagrada Familia de La Arboleja, donde volvió a ataviarse y a ser venerada de acuerdo con su advocación original.

En cuanto al templo carmelitano, hay que recordar que el actual data del siglo XVIII, como la mayor parte de las iglesias antiguas de la ciudad, pero cuando los carmelitas se establecieron en la margen derecha del río, tras un intento fallido en el extremo oeste de la calle de Santa Teresa, lo hicieron en la ermita de San Benito, fundada  en 1451. Las obras de la iglesia del Carmen duraron 48 años, y gracias en gran medida a la generosidad de un matrimonio del barrio llegaron a buen fin en 1769. La gratitud debida a Felipe García y Catalina Faz quedó expresada en la pétrea presencia de San Felipe y Santa Catalina en la fachada.

El templo fue conventual hasta que la comunidad carmelita tuvo que abandonarlo en 1835 con motivo de las leyes desamortizadoras liberales. El convento, sito donde en la actualidad se encuentra el Museo Cristo de la Sangre, y antes el Colegio de Carmen, fue derribado en 1837, y la iglesia pasó a depender de la Catedral hasta 1891, cuando obtuvo el rango de parroquia.

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