Arte y fotografía

Doce candidatos

El IVAM encara la elección de director en plena crisis reputacional

El director de Es Baluard, David Barro, sustituye a Guillermo Solana en la comisión de valoración, que se reunirá el próximo lunes

  • Exposición de Francesca Woodman y Julia Margaret Cameron en el IVAM -

VALÈNCIA. El proceso de selección de director del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) ha tenido casi todos los ingredientes de una telenovela, más de medio año de retrasos, denuncias, suspensiones e incógnitas, un camino al que le falta lo verdaderamente importante: un desenlace. Y parece que, ahora sí, la cuestión está a punto de caramelo. El Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) ha hecho oficial este miércoles la composición definitiva de la comisión valoración, con la sustitución del director del Museo Thyssen, Guillermo Solana, por el director Es Baluard Museu d’Art Contemporani de Palma, David Barro, después de que el primero renunciara a formar parte del proceso.

Con la composición del jurado ya concretada, el siguiente paso es la reunión de sus miembros, que tendrá lugar el próximo lunes, un encuentro en el que se les trasladará la documentación aportada por los doce candidatos para su examen y valoración. Con el ‘fichaje’ de Barro se completa una comisión de valoración sin presencia internacional y en la que el director de Es Baluard es el único perfil profesional no vinculado a instituciones valencianas, un jurado que también suma Rosa Castells, responsable del MACA; Pablo González Tornel, director del Museo de Bellas Artes de València; Salomé Cuesta, Vicerrectora de Arte, Ciencia Tecnología y Sociedad de la Universidad Politécnica de Valencia, y Ester Alba, Vicerrectora de Cultura y Deporte de la Universitat de València. 

Esta composición contrasta con la del proceso impulsado en 2020 -a través del que fue elegida Nuria Enguita-, en el que tuvieron un gran peso los nombres de la escena internacional como Iwona Blazwick, directora de la Whitechapel Gallery de Londres; Vicent Todolí, director del Pirelli HangarBicocca de Milán; Bernard Blistène, director del Centro Pompidou de París, o Manuel Borja-Villel, entonces director del Reina Sofía.

No es ningún secreto que formar el jurado para el proceso y, en general, asentar alianzas en estos meses desde el IVAM, está siendo dificultoso, teniendo en cuenta su crisis reputacional. La dimisión de Nuria Enguita a principios de 2024 generó una respuesta prácticamente unánime de los profesionales del sector contra la gestión de la Generalitat Valenciana. De hecho, entidades como la Asociación Directoras y Directores de Arte Contemporáneo de España (ADACE) emitieron duros comunicados contra el gobierno valenciano. En estos meses la cosa no ha mejorado, con un museo en el que crecen los proyectos suspendidos, la mala prensa y cuya última puntada ha sido la reciente presentación de una programación incompleta, pues la Conselleria de Cultura decidió desvelar tan solo las exposiciones de los primeros meses del año, algo muy inusual.

Sea quien sea el elegido para llevar la batuta del centro, desembarca en un IVAM con muchos problemas. El primero de ellos y más urgente, la necesidad de poner en marcha con más celeridad de la esperada la maquinaria para desarrollar la programación y proyecto de futuro del museo. Siendo habitual que los proyectos expositivos -especialmente los más ambiciosos- puedan tardar entre dos y tres años en gestarse, el retraso en la elección de director provoca que, forzosamente, el nuevo líder del IVAM cuente con menos proyectos ‘en nevera’ de la etapa de Nuria Enguita, lo que obliga a ponerse las pilas para encarar el ‘menú’ expositivo del próximo curso.

El nuevo director llega, además, a un museo en el que sus máximos responsables han cortado las alas al sueño de ampliación. La pasada semana, la Conselleria de Cultura confirmaba el carpetazo al proyecto de subsede en la nave 3 del Parc Central renunciando a su gestión. La falta de músculo económico, de proyecto artístico -a pesar de que Enguita sí había diseñado un plan para el espacio- o, ahora, la Dana, son los argumentos esgrimidos por Cultura para frenar la ampliación. Además, el centro tiene otro asunto candente, el cierre de su sede en Alcoy por problemas en el sistema de climatización, un espacio que sigue sin fecha de reapertura. 

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