Según las previsiones del Servicio de Documentación, Publicaciones y Estadística Departamental de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural publicadas recientemente para la campaña 2017-2018, la superficie citrícola valenciana sigue su tendencia decreciente, con una reducción de 2.000 hectáreas, en parte debido al cambio a otros cultivos pero también por el abandono. De hecho, la Encuesta sobre Rendimientos y Superficies de Cultivos del MAGRAMA sigue situando a la Comunitat Valenciana como líder nacional en el abandono de cultivo. Es claro que muchos agricultores no saben qué hacer con sus parcelas.
La agricultura es estratégica para la sociedad valenciana por su contribución a la creación de empleo, a la vertebración del territorio, al medio ambiente, a la adaptación y la mitigación del cambio climático y a los modelos sostenibles de producción de alimentos. La viabilidad de dichos modelos se ha visto limitada por el abandono de tierras, la fragmentación de la propiedad, la falta de una cultura de la gestión común de la producción, la escasa movilidad del mercado de tierras y la falta de herramientas que faciliten la planificación a profesionales del sector .
En la actualidad, según los datos del último Censo Agrario publicado por el Instituto Nacional de Estadística más del 80% de las más de cien mil explotaciones agrarias de la Comunitat tiene menos de 5 hectáreas de superficie agrícola útil y sólo un 10% puede ocupar una unidad o más de trabajo al año.