Empresas

El vicepresidente de la empresa pide respaldo a la UE para no perder competitividad 

Power Electronics estudia llevarse a EEUU el 60% de su producción en Llíria si Trump pone aranceles 

VALÈNCIA. Power Electronics se prepara para una posible imposición de aranceles en Europa, como ha prometido el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump. La compañía, con planta en la localidad valenciana de Llíria, pero gran parte de su negocio en EEUU, prevé una reorganización de su actividad para minimizar el impacto. Así, de llevarse a acabo esta amenaza, la firma prevé acelerar la construcción y puesta en marcha de su nueva planta en Houston, en la que ha invertido 300 millones de dólares, y llevarse poco a poco de sus instalaciones valencianas a EEUU el 60% de su producción, que es la que exporta al mercado estadounidense.

Así lo avanzó el vicepresidente de la multinacional valenciana, Lalo Salvo, durante una intervención en la cuarta edición del congreso 'Energy Revolution', que se celebró este miércoles en València, organizado por la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen). Salvo participaba en una mesa redonda sobre el futuro de las renovables en la Comunitat, pero fue preguntado por la amenaza arancelaria de Trump.

Al respecto, remarcó que como valenciano su voluntad es fabricar en Llíria "la mayor parte del producto", pero aseguró que si hay aranceles se acelerará la construcción de su nueva planta en Houston para "irse a EEUU a fabricar lo antes posible", un hecho que haría peligrar los cerca de 3.000 empleos en su factoría. En atención a medios, concretó que dado que el 60% de su fabricación en Valencia se exporta a EEUU, la idea sería llevarse esa parte y buscar nuevos mercados o crecer en otros en los que ya opera la firma como Australia o UK para mantener la actividad en Llíria.

La compañía, uno de los principales fabricantes de inversores solares para plantas fotovoltaicas y almacenamiento energético, concentra el grueso de su negocio en el país norteamericano, tanto a nivel de clientes como de facturación. En este momento, cuenta con una planta de 20.000 metros cuadrados en Houston y ya ha anunciado una nueva factoría, de 170.000 metros cuadrados y 300 millones de dólares de inversión, con la idea de incrementar su fabricación en el país en más de 20 GW. Su puesta en funcionamiento estaba prevista para 2026, pero Salvo explicó que si Trump cumple, acelerarán el proyecto para que esté a finales de 2025.

"Esta nueva fábrica ya estaba prevista viniera o no Trump", remarcó Salvo para asegurar que están preparados para replicar la de Llíria en EEUU. "Si hay aranceles nos iríamos a fabricar allí lo más rápido posible y si no los hay, el ritmo será más lento", incidió para remarcar que Power Electronics "está preparado seguir dando servicio y liderar en el mercado de EEUU". De hecho, con esta nueva inversión, la compañía creará más de 600 puestos de trabajo en un mercado en el que cuenta actualmente con 60 GW en funcionamiento. 

Su fábrica en Valencia tiene más de 100.000 metros cuadrados en el municipio valenciano, en donde está su sede central, además de con un centro tecnológico de I+D formado por 250 ingenieros. Un complejo que recientemente anunció que agrandará con una nueva planta dedicada a servicios de movilidad eléctrica, concretamente a cargadores para coches eléctricos. Una ampliación de instalaciones consecuencia del crecimiento que la compañía está experimentando en los últimos años.

"Trump nos benefició más que perjudicó en su anterior etapa"

En cualquier caso, Salvo insitió en que este movimiento no es algo que les complazca y, por ello, pidió ayuda y respaldo a la Unión Europea para evitar que las empresas pierdan competitividad frente a sus competidores. De hecho, sobre el nuevo presidente norteamericano aseguró que se sienten más beneficiados que perjudicados por su política proteccionista. "Ya hemos estado con Trump y nos benefició más que perjudicó la ultima vez que estuvo gobernando porque allí nos sentimos más protegidos que aquí, que estamos cero protegidos", comentó Salvo.

"En Europa, el 80% de los inversores que se utilizan son chinos y allí -EEUU- el 80% son no chinos. Nosotros como empresa responsable tenemos que tener claro que tenemos que apostar por el país que nos ha dado unos ingresos importantes. Nos tendrán que ayudar desde Europa con respecto nuestro competidores, que tienen una serie de ventajas fiscales y ayudas. Si nos ayudan, los puestos de trabajo en Llíria no corren peligro, pero si no lo hacen alguno lo perderemos por el camino, algo que no me gustaría", subrayó.

Recibe toda la actualidad
Murcia Plaza

Recibe toda la actualidad de Murcia Plaza en tu correo