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Atitlan y Hayfin reavivan el PAI del Grao con la petición formal de su gestión al Ayuntamiento

Ambas firmas forman la mercantil Valere Reoco SL, que posee la mayoría del suelo del sector

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VALÈNCIA. Nuevo avance en la tramitación de uno de los planes urbanísticos más importantes y pendientes de ejecución en València: El PAI del Grao. La mercantil Valere Reoco SL, formada por el grupo empresarial Atitlan junto a sus socios del fondo británico Hayfin Capital, ha solicitado formalmente al Ayuntamiento de València la gestión directa de este sector para su urbanización y desarrollo y el consistorio ha admitido a trámite su petición. Con ello, la firma persigue ejecutar este desarrollo de 380.000 metros cuadrados y que prevé la construcción de 2.550 nuevas viviendas sobre los antiguos terrenos del circuito de Fórmula 1. Un paso más en el proceso burocrático que, sin embargo, implica avanzar con el proyecto para situarlo en la casilla de salida. 

De hecho, este movimiento es una fase necesaria en el camino administrativo que debe superar este desarrollo, después de la decisión del consistorio de cambiar de un modelo de gestión directa, encargada en la anterior legislatura de Compromís y PSPV a la empresa pública Aumsa, a otro de gestión indirecta, es decir, a sus propietarios con el fin de agilizarlo. En este caso, Valere Reoco SL era la que ostentaba la mayoría de los terrenos al disponer de más del 50% de la superficie del ámbito a desarrollar y contar con la aceptación de los titulares de más del 40% de las parcelas registrales privadas de esta actuación. Para ello, estuvo realizando varias compras para aglutinar la mayoría del suelo, condición necesaria para asumir la gestión directa, según la ley urbanística valenciana. Su última adquisición fue hace unos años con la compra de una pastilla a la Sareb. De hecho, ya había solicitado al consistorio la posibilidad de acometer el planeamiento, posibilidad que rechazó el anterior gobierno de Joan Ribó

La firma presentó hace meses la documentación para asumir este PAI, pero tuvo que atender ciertos requerimientos, lo que ha dilatado el proceso. También, se tuvieron que resolver diferentes cuestiones jurídicas relativas al cambio de gestión, como la asunción de los costes del planeamiento y la subrogación de los contratos suscritos por Aumsa. 

Ahora, el Ayuntamiento de València deberá estudiar y aceptar esta solicitud para que Atitlan y Hayfin presenten un borrador de programa para el desarrollo del PAI. Éste deberá ajustarse al Plan Parcial Medio Ambiental de julio de 2010, ya que al pasar a una gestión indirecta se retrotrae el programa al proyecto que se planteó en tiempos de Rita Barberá. Este hecho permite evitar el trámite ambiental, ya que el futuro proyecto mantendrá unos parámetros ambientales que ya cuentan con el visto bueno administrativo. Asimismo, se conservará el diseño del planeamiento que redactó el primer proyecto en 2011, el del conocido arquitecto José María Tomás Llavador

Eso sí, la mercantil podrá incluir cambios, especialmente para ajustarse a los nuevos criterios de sostenibilidad, pero en ningún caso podrán ser modificaciones sustanciales que obliguen a revisar en profundidad la actuación. Un hecho que supone que este PAI se posiciona administrativamente muy próximo a otro gran sector pendiente de ejecución como es el PAI de Benimaclet, que está a la espera de que su urbanizador, en este caso la promotora Metrovacesa, presente el programa al consistorio, el siguiente hito a seguir por Atitlan y Hayfin.

PAI del Grao
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En concreto, y a falta de concretarse los detalles del futuro puzzle urbanístico, la urbanización de esta antigua zona industrial degradada de 380.000 metros cuadrados alcanzará los 120 millones de euros. La idea es completar este trozo inacabado del 'Cap i Casal' para conectar el mar con la ciudad a través del paseo de la Alameda, cuya prolongación se mantiene. Por tanto, el planeamiento contempla el soterramiento de las vías ferroviarias de Serrería, que actualmente están en superficie. El gobierno local entiende que soterrarlas es una reivindicación histórica que no puede decaer y defiende esta solución. 

Así, el proyecto, dado que mantiene el diseño de 2011, recoge que el 85% del suelo del PAI se destinará a equipamientos, espacio libre y jardines con un gran delta verde de 160.000 metros cuadrados de zonas verdes, que se añaden a los 200.000 metros cuadrados de la finalización del Jardín del Turia hasta su desembocadura para culminar este gran pulmón verde de la Capital del Turia. El 15% restante se dedicará a la construcción de 2.550 viviendas de las que 450 serán de protección pública, de forma que no se reducen el número de viviendas del Grau. 

Asimismo, el proyecto seguirá contemplando una mezcla de usos, estableciendo junto al residencial, 95.000 metros cuadrados de techo para el uso terciario: oficinas, comercial, hostelería y otros servicios. El plan también incluye la construcción de dos tanques de tormentas que contribuirán a la mejora de la gestión del ciclo del agua.

Siguientes pasos

Tras superar esta etapa de admisión a trámite de su solicitud como urbanizadores, los nuevos gestores del sector tendrán que presentar su alternativa en un plazo de tres meses para su sometimiento a información pública para alegaciones de organismos y actores implicados, como las administraciones públicas. Asimismo, se solicitarán informe a los servicios municipales correspondientes como Movilidad, Ciclo del Agua y otros departamentos afectados por el desarrollo. Si, como consecuencia de informes y alegaciones, se introducen cambios que sean sustanciales, antes de adoptarlos, se comunicará a los interesados y, mediante resolución del alcalde, se someterán a información pública adicional. La empresa, por tanto, tendrá que rehacer su propuesta definitiva que tendrá que aprobar Urbanismo para su luz verde definitiva. 

 

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