VALENCIA (EFE). La ciudad de Valencia, plagada de ninots ya en cada barrio y en un ambiente festivo y casi veraniego, afronta su semana grande de Fallas con grandes expectativas económicas y turísticas: serán las primeras sin medidas anticovid, hay una buena previsión meteorológica y su recta final coincide con fin de semana.
Este fin de semana, la capital valenciana vive un adelanto privilegiado de sus fiestas -declaradas desde 2016 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO- con un inabarcable menú de actos al aire libre, gracias también a temperaturas cercanas a los 30 grados de estos días que, según Aemet, se suavizarán durante la semana pero con un pronóstico halagüeño tanto para los artistas falleros que tienen que plantar sus monumentos como para las miles de personas que, económicamente, dependen del binomio buen tiempo-fiesta.
Y es que las Fallas de 2022 fueron las más lluviosas y con menos horas de sol en 84 años, con un ambiente frío y desangelado que no cuadraba con el tradicional "tiempo de Fallas".
Desde el viernes se han celebrado casi 200 verbenas, conciertos como el festival de dos días en la Alameda, espectáculos pirotécnicos (a la multitudinaria mascletà de cada día a las dos de la tarde en la plaza del Ayuntamiento se suman las organizadas en otros barrios), ha empezado el montaje de monumentos (los más espectaculares, los de la sección Especial), se celebran cientos de paellas en carpas y casales...
Se palpa mucho optimismo y hay un ambiente general de normalidad después de la pandemia que tanto condicionó las Fallas: se suspendieron las de 2020, las de 2021 se aplazaron a septiembre y las de 2022 tuvieron aún restricciones por el covid; este año, el mundo fallero respira con esperanza pese a la inflación y la incertidumbre económica derivada de la guerra en Ucrania, y afronta con ilusión el amplio programa de actos que culminarán el domingo 19, festividad de San José, con la "cremà" de las casi 800 fallas, entre grandes e infantiles y que este año han costado 8,54 millones.
Mientras, los niños y adolescentes, tradicionalmente quienes más disfrutan de estas fiestas, vacían ya sin cuartel sus cajas de petardos, que convierten València en un sinfín de explosiones, humo y olor a pólvora -este año se recomienda una "tregua" pirotécnica de 15 a 17 horas, sobre todo para los animales de compañía-, y el martes será su último día de clase.
En cuanto a la ocupación hotelera prevista para la semana central de las fiestas, según las previsiones del Ayuntamiento alcanzará el 72,9 %, un porcentaje que se incrementará al 86,5 % las noches del 17 y 18, lo que supone superar las cifras de los últimos cinco años.
Además, el hecho de que el lunes 20 de marzo sea festivo en la Comunidad de Madrid ha influido también en que en la noche del 19 al 20 se prevea un porcentaje de ocupación superior al 74 %.
Este año, las nueve comisiones falleras de la sección Especial han invertido 1,4 millones de euros en sus monumentos, que serán los más visitados y fotografiados junto al municipal de la plaza del Ayuntamiento (fuera de concurso), que con 20 metros de alto y hecha toda de madera diseñada por primera vez por una mujer (Marina Puche, junto al artista fallero Manolo García): es un corazón gigante que se ilumina y late con todo aquello que le provoca buenas sensaciones.
La plantà oficial de las fallas infantiles será el martes y de las grandes, el miércoles; esos días se sabrá qué ninots se salvan del fuego por votación popular y qué fallas se llevan el primer premio que otorga el jurado.
Ya sin restricciones por la pandemia ni por las obras de la céntrica plaza de la Reina, la Ofrenda floral a la Virgen de los Desamparados (la "Geperudeta") será entre el viernes y el sábado, cuando podrán desfilar por ella hasta 103.317 personas, según el censo actualizado de la Junta Central Fallera y que supera las cifras precovid.
Y habrá castillos nocturnos de fuegos artificiales -de miércoles al sábado de la Nit del Foc- pero este año con novedad importante: se trasladan del paseo de la Alameda al entorno de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Hasta ahora, el incidente más destacado ha sido el desvío de una carcasa durante la mascletà disparada este viernes por Pirotecnia Zaragozana en la plaza del Ayuntamiento, que dejó una veintena de heridos leves por quemaduras y molestias auditivas.
Desde el 26 de febrero (el domingo de la Cridà, la primera gran jornada de actos multitudinarios de las Fallas), Cruz Roja ha atendido ya a 339 personas, la mayoría por intervenciones de carácter leve; las lipotimias, sobre todo causadas por el intenso calor de esta semana en los actos de masiva concentración de gente, como las mascletaes, ascienden ya a 227.
El dispositivo extraordinario de seguridad contempla 1.800 policías nacionales que se desplegarán por los actos festivos, mientras la Guardia Civil, además de controlar los productos pirotécnicos, incrementará la vigilancia de las pedanías que rodean a València y de los accesos a la ciudad; toda la plantilla de la Policía Local estará disponible, así como los 400 bomberos de la ciudad y un centenar de voluntarios de Protección Civil.
Además, el Ayuntamiento ha instalado seis Puntos Violeta, carpas de información, sensibilización y prevención de las agresiones machistas, distribuidos por la ciudad, y otros 65 de estos espacios están habilitados en comisiones falleras, entidades vecinales y asociaciones ciudadanas.
Tanto la EMT como Metrovalencia (metro y tranvía) ofrecen planes especiales de servicio ininterrumpido las 24 horas, un factor clave para moverse por la ciudad pues cientos de calles están cortadas por fallas y carpas y otras tantas están restringidas durante actos multitudinarios de desfiles o celebraciones. Toca ponerse calzado cómodo pero este año, en principio, sin tener que coger el paraguas.