MURCIA. Tras un mes y medio de continuo crecimiento de los contagios en la Región de Murcia, el coronavirus parece dar por fin un ligero respiro y por segunda semana consecutiva se mantiene estable el número de contagios e, incluso, disminuye "ligeramente", lo que ha hecho que la curva de contagios se ralentice por fin. Así lo explicaba el portavoz técnico del Comité de Seguimiento Covid, Jaime Pérez, quien no obstante recordaba que no se pueden lanzar las campanas al vuelo.
"La evolución se mide en semanas y no tanto en un día, al igual que los días con 600 contagios no nos deben desmoralizar, tampoco hay que lanzar las campanas al vuelo ni bajar la guardia lo más mínimo cuando se registran menos de 200 casos diarios (como en el último balance)", avisaba Pérez.
"Esperemos que esta tendencia se mantenga en las próximas semanas y se confirme", espera el representante del Gobierno regional. Al ser preguntado por si el dato diario está relacionado con un menor número de pruebas PCR realizadas, Pérez ha admitido que "puede haber más positivos cuantas más pruebas se hagan", pero ha puntualizado que el porcentaje de positivos registrados este lunes ha sido inferior al 10%, lo que es un dato "positivo".
Aunque los hospitales de la Región y los centros de salud están experimentando una elevada presión asistencial, la Región sigue por debajo de la media nacional en cuanto a ocupación de camas. En concreto, la Región cuenta con un 9% de camas ocupadas por pacientes covid.
Pérez hizo un llamamiento a la población a participar en la campaña de vacunación de la gripe, que comenzará el próximo 13 de octubre. Y es que "la gripe puede coincidir en el tiempo con la covid-19", según Pérez, quien espera alcanzar este año los más de 400.000 vacunados, superando de esta forma las más de 250.000 que se vacunaron el año pasado.
"Junto a las medidas universales de protección, la vacunación de la gripe va a ser nuestra principal aliada para hacer frente a la pandemia de covid durante esta temporada de otoño-invierno", según el portavoz. El objetivo será evitar las complicaciones derivadas de la gripe en las personas vulnerables pero también evitar una excesiva sobrecarga del sistema sanitario.