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Recorremos una de las zonas con más solera de la ciudad

Una mañana en el barrio de San Andrés: la multiculturalidad como seña de identidad

7/08/2023 - 

MURCIA. En la capital del Segura hay barrios para todos los gustos. Algunos más céntricos, otro situados más en la periferia, algunos más planificados, otros que siguen el trazado irregular típico de la Mursiya musulmana... con estas clasificaciones se podría completar todo este reportaje. Pero hoy vamos a descubrir uno de los más populares de la ciudad: San Andrés.

Comenzamos como casi todos los que llegan a esta zona, en la estación de autobuses. La terminal supone la puerta de entrada a la ciudad para personas de la Región, de casi toda España e incluso de algunos países del extranjero, como Italia, Rumanía, Francia, Bélgica o Marruecos. En estos días se encuentra especialmente concurrida con personas que salen a disfrutar de unos días de vacaciones, o vuelven después de haberlo hecho.

Frente a su puerta principal se encuentra el mercado del barrio. Un detalle en una de sus portadas indica que está bastante cerca de la Iglesia de Jesús, hogar de "Los Salzillos". Se trata de una pintura del famoso Ángel de la Oración.

La plaza de abastos sorprende, porque pese al bajón que han dado la mayoría de mercados tradicionales aquí gran parte de los puestos siguen funcionando, y con una cierta cantidad de clientela.

Los dueños de la Carnicería Latorre hablan con Murcia Plaza mientras atienden a varios clientes, y nos cuentan que en los veinte años que llevan abiertos el negocio ha ido medianamente bien. Quizás el éxito en esta plaza lo hayan conseguido agrupándose en una asociación que desde 1995 defiende conjuntamente sus intereses, y que difunde intensamente su labor a través de las redes sociales.

Muy cerca de allí uno se puede encontrar con una estampa que seguramente dé cuenta de la diversidad de nacionalidades y culturas que se da en este barrio. En una misma vía (la calle Sierra Nevada) se puede encontrar una entrada a la terminal de buses, la sede territorial de la ONCE, una entrada al colegio El Buen Pastor, y una zona de bazares regentados principalmente por personas de origen magrebí en los que se puede encontrar casi de todo.

Si subimos en dirección al barrio de San Antón, nos encontramos con los principales lugares de esparcimiento de la zona, los jardines Mariano Montesinos y de la Seda, este último compartido con sus vecinos del norte.

El Jardín de la Seda se llama así porque en su solar estuvo funcionando una fábrica sedera hasta mediados del siglo XX. Aún se conserva una chimenea de ladrillo como recuerdo de aquello, y como uno de los elementos más identificativos del parque.

Tras ello, entramos en una zona donde las calles empiezan a tener trazados más irregulares y los edificios empiezan a ser más antiguos. Allí nos encontramos con el Convento del Corpus Christi, más conocido como "las Agustinas" por las monjas que lo habitan. Su iglesia, obra barroca de los siglos XVII y XVIII, conserva un cantidad importante de esculturas de grandes autores como Salzillo.

En Semana Santa se produce aquí una de las tradiciones más arraigadas, el traslado de la imagen titular de la Cofradía de Jesús unos días antes de su procesión del Viernes Santo.

En uno de los bajos del convento, en la calle Santa Cecilia, se encuentra la Escuela de Hostelería 'eh!' de Cáritas, un proyecto en el que la fundación religiosa pone a disposición de personas desfavorecidas un lugar donde aprender un oficio en el mundo de la restauración.

Es entonces cuando se abre ante el visitante la Plaza de San Agustín, parte del antiguo del antiguo arrabal de la Arrixaca, donde los cristianos vivían hasta la conquista de la ciudad. A este espacio abierto da la fachada principal de la Iglesia de San Andrés, vestigio de un antiguo convento de agustinos que aún sigue dando nombre a la plaza. Construida en el siglo XVIII, en su interior se conserva la talla de la Virgen de la Arrixaca, una de las imágenes más veneradas de la ciudad hasta que en 1746 perdiera su patronazgo en favor de la Virgen de la Fuensanta.

Junto a ella se levantan la Iglesia de Jesús y el Museo Salzillo, uno de los conjuntos artísticos más visitados de la ciudad. Cuna y sede de "Los Moraos", guarda la mayor colección de obras de Francisco Salzillo y Alcaraz, escultor del siglo XVIII que es considerado como uno de los mejores exponentes del barroco a nivel global.

La mayores joyas del museo son el Belén de 550 piezas o los pasos que salen en procesión el Viernes Santo por la mañana, como La Caída o La Oración en el Huerto.

Terminamos nuestro recorrido volviendo al punto de donde partimos, la estación de autobuses, allí donde los caminos hacen que muchas personas visiten este barrio.

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