Un año sin levantar los brazos 

MURCIA. A sus 40 años cumplidos el 25 de abril, Alejandro Valverde Belmonte, el mejor ciclista murciano de todos los tiempos sin discusión y uno de los más grandes que ha dado el deporte de la bicicleta en España y hasta en el mundo, se acerca al final de su carrera, algo lógico por una cuestión biológica. Este ganador nato, que ha conseguido nada menos que 127 victorias como profesional, no levanta los brazos como triunfador desde el 30 de agosto de 2019 cuando se impuso en la séptima etapa de la Vuelta a España, celebrada sobre 183 kilómetros entre la localidad castellonense de Onda y el alto Mas de la Costa, también en Castellón.

El hecho de que no vaya a estar en el Campeonato de España, que se celebrará este fin de semana en Jaén y al que hubiera llegado con el maillot rojigualdo que logró el pasado año precisamente en Murcia, hará que se complete un año sin victorias de "El Bala" a no ser que el de Las Lumbreras fuese capaz de anotarse la primera etapa del Tour, que tendrá lugar el sábado 29 de agosto en Niza.

El largo parón motivado por la pandemia del coronavirus y el hecho de no haber encontrado el mejor golpe de pedal antes y después de esa inactividad obligada son los motivos por los que el veterano corredor del Movistar Team no vence desde el verano de 2019.

No extraña que el murciano dijera esta misma semana que los Juegos Olímpicos de Tokio, que se desarrollarán en 2021, podrían suponer su despedida como profesional.

"A día de hoy no seguiría más allá de 2021 porque mis sensaciones no son buenas", ha apuntado esta semana.

La inquebrantable moral de Valverde se ve resentida y sus palabras y el tono de su voz así lo demuestran. Evidentemente no está tan bajo como cuando debió dejar de competir del 1 de enero de 2010 al 31 de diciembre de 2011 por un caso de dopaje dentro de la operación Puerto, en la que se le implicó sin que él llegara a dar positivo en ningún control, pero resulta obvio que su final encima de la bicicleta se acerca.

Al todavía campeón nacional y que lo fue del mundo en 2018 le alimentan los triunfos y no cruzar la línea de meta el primero le pesa más que la edad.

Y es que un año sin levantar los brazos es demasiado tiempo para este corredor que debutó en el profesionalismo en 2002 y que entre sus éxitos tiene siete medallas mundiales -el oro de Innsbruck, más dos platas y tres bronces- y el triunfo en la general de la Vuelta a España de 2009, además de 17 etapas en las grandes carreras por etapas -Tour, Giro y Vuelta-.

Ya va quedando lejos ese 2018 en el que logró 14 triunfos, cifra sólo superada por los 15 a los que llegó en 2004. El 2019 ya avanzó la situación actual con cinco victorias para "El Bala", pocos para los que acostumbraba.