mirando al mar

The Ocean Race, abocada a ser cien por cien IMOCA

26/02/2023 - 

VALÈNCIA. Partió desde Alicante la regata de vuelta al mundo The Ocean Race y lo hizo, en este su 50 aniversario, conjugando la participación de dos clases. Los viejos y obsoletos VO65, que ya no están para estas singladuras y que solo participarán en tres de las siete etapas, y los IMOCA 60 de última generación que van provistos de foils oceánicos para que el roce con el océano sea el menor posible.

La salida ya nos dio grandes pistas del futuro que le espera a esta regata. Primero se marcharon los VO65, que ya han cumplido dos ediciones dando pantocazos por el mundo y que no están para estos trotes. Aburrido, muy aburrido si lo comparamos con la salida de los IMOCA60. No tiene nada que ver, y durante su recorrido de desmarque hasta la isla de Tabarca divirtieron a los espectadores que se concentraron en la bahía alicantina.

Tanto la regata In Port como la salida dejaron muy claro que The Ocean Race tiene que dar un paso hacia el frente y negociar con la clase IMOCA. Ya no tiene ningún sentido construir ningún monotipo especial para navegar por los océanos si está demostrado que los IMOCA 60 son los ideales para ello.

Lo que sí tiene que estudiar bien The Ocean Race es no coincidir con la Vendée Globe, la vuelta al mundo a vela en solitario y sin escalas, que sale cada cuatro años desde Les Sables. Primero, porque la clase IMOCA no estaría por la labor de prestar sus barcos a otra regata si estuvieran preparando la suya; y segundo, porque los barcos hay que configurarlos para navegar a tripulación completa y eso lleva un tiempo. Negociándolo bien se podrá llegar a un gran acuerdo y podremos presenciar cada dos años una vuelta al mundo, una por equipos y otra en solitario.

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Éxito sin precedentes de afluencia de público al puerto de Alicante, durante las dos semanas que ha estado The Ocean Race esperando al domingo 15 de enero para partir en la primera etapa rumbo a Cabo Verde. El buen tiempo dio un empujón a los alicantinos para acudir a ver que se cocía en las instalaciones. Colas exageradas para entrar al recinto y exceso de celo de la empresa de seguridad que se contrató para el acceso del público.

Interminables colas de niños, que todas las mañanas entraban en el puerto y, que entre que el hueco para pasar era escaso y los afluentes muchos, la entrada se hacía un poco interminable. The Ocean Race debería darle una vuelta al contrato que mantiene con la Generalitat para agilizar algunas cosas que no son de recibo. Ejemplo flagrante es la ubicación de la sala de prensa, al final del espigón, en la estación de los cruceros, a 1,7 kilómetros de la puerta del villaje. No es nada operativo y dificulta la labor de los periodistas a la hora de moverse, que lo tienen que hacer en un microbús, que está todo el día dando vueltas en busca de los fotógrafos o los redactores que se mueven constantemente detrás de las noticias. En esa misma sala de prensa, colocada por todo lo alto en cuanto a tecnología, no era posible ver la retransmisión de las salidas. Jamás, en ninguna sala de prensa de ninguna regata internacional, las televisiones dejan de funcionar cuando da comienzo el evento. Eso sí, mientras la regata salía de Alicante, los monitores de la sala de prensa repetían una y otra vez el baño de masas que se dio el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que fue a ver la salida. Muy lamentable y fuera de lugar fue lo que ocurrió durante la visita de Ximo Puig al puerto: le quitaron el microbús a la prensa para habilitarlo para el transporte por el puerto del séquito del presidente.

Tampoco estaban provistas de wifi algunas de las carpas que se utilizaban para las conferencias de prensa de los patrones. Pocos periodistas y mucho relleno de integrantes de los equipos participantes. La cosa es mucho más sencilla. Solo hay que ir a ver una salida de la Vendée Globe o cómo está montada la organización de cualquier Copa América y copiar lo bueno que tiene. No hay que darle más vueltas. Se trata de colocar profesionales al frente de la organización y de apartar a los políticos, que son los que no saben de qué va y se dedican a camisonear y agasajar al jefe para que los mantenga cuatro años más chupando de la teta de la administración.

Alicante como Puerto de Salida no ha dado la talla, y así nos lo han hecho ver los responsables de The Ocean Race, que no entienden algunas de las decisiones que han perjudicado claramente a la regata. Alicante como Puerto de Salida debería haber traducido los folletos y los dosieres, que The Ocean Race repartía por el villaje. Todos en inglés. Es incomprensible.

Alicante como Puerto de Salida no ha tratado a todos por igual. El alcalde de la ciudad, Luis Barcala, perteneciente al Partido Popular, se ha estado pasando por el puerto durante varios días y no se le ha tratado, por parte de Alicante Puerto de Salida, como el máximo responsable de la ciudad. Su diferente color político le dejaba un tanto fuera de juego, aunque The Ocean Race se encargó de arroparle lo más posible en vista de los desaires del tripartito.

La Generalitat, que actualmente es responsable de la salida de la regata, no asume que The Ocean Race está en Alicante gracias a la gestión del rey Juan Carlos y del expresidente Camps. Esta ha sido la quinta salida que ha organizado Alicante y ninguna ha sido tan deficiente, a pesar de que los alicantinos han dado la cara y han abarrotado el puerto todos los días.

Se echa de menos la organización que tuvo el puerto de València durante la Copa América de 2007. Todo ordenado y consensuado. Los políticos en un aparte para que se pudieran hacer las fotos, y los profesionales gestionando el evento. Esta es una de las grandes carencias con las que nos encontramos en Alicante: no tienen buenos profesionales al frente, a pesar del gran presupuesto que manejan.

A Alicante le queda una salida más por contrato, y espero que la aproveche y demuestre a The Ocean Race lo que saben hacer. Si la organización logra llegar a un acuerdo con la clase IMOCA, la salida de The Ocean Race tendrá muchas novias, y Alicante se verá apartada como candidata para organizar el evento. Es tiempo de elecciones y, entre el desprecio del tripartito a la Copa América 2024 y la baja calidad demostrada en la organización de Alicante como Puerto de Salida, no estaría mal un cambio político para que la Comunitat Valenciana siguiera siendo el referente mundial de la vela oceánica. 

* Este artículo se publicó originalmente en el número 100 (febrero 2023) de la revista Plaza

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