Teatro y danza

El Rialto 'trata' la ansiedad más visceral con la danza de 'El oso'

La compañía alicantina Marroch propone este montaje, que se podrá desde este jueves 30 al domingo 2

  • El oso, de la compañía Marroch

VALÈNCIA. (EP) El Teatre Rialto de València acoge desde este jueves 30 al domingo 2 el espectáculo de danza El oso, de la compañía alicantina Marroch. Un pieza de danza contemporánea que explora de manera visceral y emotiva el complejo fenómeno de la ansiedad.

"En esta obra la danza se convierte en una herramienta de visibilidad y sanación, ofreciendo un espacio de catarsis tanto para los intérpretes como para el público, al poner en escena las angustias y las resiliencias de quienes viven con ansiedad", explican sus directores escénicos, Salvador Rocher y Melodía García. Ambos firman la coreografía con la colaboración de las intérpretes.

Wilma Puentes, Sonia Garcia, Marina Melero, María Palazón y Ana Lola Cosín interactúan sobre el escenario dando vida a los conflictos internos, las tensiones físicas y las luchas emocionales que experimentan aquellos que enfrentan este trastorno tan prevalente en nuestra sociedad actual.

Los cuerpos, en constante tensión y lucha, se mueven como si intentaran escapar de una fuerza invisible que los asfixia, pero también se enfrentan a esa fuerza de manera contradictoria, intentando controlarla, resistirla o ceder ante ella, relta Cultura de la Generalitat.

Cada intérprete aporta una dimensión única a la obra, mostrando diferentes facetas de la ansiedad: desde el aislamiento emocional y la incapacidad de conectar con los demás, hasta el miedo palpable que limita las acciones cotidianas.

Claustrofobia rosa

La escenografía, creada por Luís Crespo, evoca el espacio que ocupa la ansiedad en nuestra mente, un entorno con paredes rosas, jugando con la doble vertiente de la calma que te puede ofrecer el color rosa y el mismo agobio que genera un espacio cerrado, sin salida y ondulado.

La música, minimalista y grandiosa por igual, a cargo de Luis Martinez, amplifica la sensación de claustrofobia y descontrol, creando una atmósfera opresiva donde el sonido y el movimiento se funden para representar la lucha interna del individuo. La iluminación, con el sello de Manolo Ramírez, juega un papel esencial al iluminar de forma intermitente, como si reflejara las fluctuaciones en el estado mental de los intérpretes.

Las entradas se pueden adquirir en taquillas del teatro o en la taquilla online del Institut Valencià de Cultura (IVC).

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