Comunicadores que vienen del pueblo, hablan como el pueblo, le encantan al pueblo y son al mismo tiempo temidos y codiciados por los políticos. No hace falta buscarlos en los streamings o en las redes sociales, este fenómeno es tan viejo como la radio y la televisión. De hecho, una película de Elia Kazan y Budd Schulberg (autor de las pruebas documentales contra los nazis en Nuremberg) retrató el fenómeno de forma magistral. Los tics megalómanos del comunicador demagogo de hoy y sus componendas políticas, aquí son perfectamente reconocibles