Tenía que llegar y ha llegado, pero la puesta en escena es al menos confusa. El rey Juan Carlos se resiste a que le manden, pero no debe perder la perspectiva de que su hijo es el jefe del Estado y bastante tiene con mantener la institución. Otros, en este caso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, colma de loas y parabienes a un dictador como el emir de Qatar, pero es que el gas es el gas.
En tiempos convulsos, con una guerra en Europa, con la pandemia activa, con una crisis de liderazgo en el PP y una situación económica que se nos antoja complicada a futuro, en el corto y medio plazo, la Justicia ha decidido exonerar a Juan Carlos I de todos sus supuestos delitos fiscales y ocultación de dinero en paraísos fiscales. Felipe VI deberá gestionar el futuro de su padre.
Esta visto que el Gobierno, cuando hay un asunto delicado que atañe a las instituciones del Estado, se las pinta solo para no figurar en la foto y huir de la quema. A cuenta de la situación del rey Juan Carlos, el Ejecutivo ha despejado a córner, es decir, al jefe del Estado Felipe VI la decisión sobre un futuro regreso de su padre.
El colectivo ha enviado una carta explicándole al rey Felipe VI el riesgo que corre esta zona del yacimiento del Molinete con la venta de suelo para edificar por parte del Ayuntamiento.
El papel que le ha tocado a Felipe VI es delicado. Es el Jefe del Estado e hijo de Juan Carlos. Así que lo de matar al padre se está convirtiendo en una opción estratégica si quiere durar en el cargo. Cualquier cosa que hagan ambos debe ser explicada y mucho. Y no valen los matices
Tras el gran triunfo de Rafael Nadal, España celebró el día de la Hispanidad, su Fiesta Nacional con un modesto pero solemne acto en el Palacio Real presidido por el Jefe del Estado, Felipe VI. De ahí pasamos a un martes 13 y más malas noticias
Malos tiempos para la lírica y sobre todo para la democracia y el respeto a la ley. Una vez más el gobierno y los cachorros en redes sociales con alma de golpistas jalean todo lo que suponga inestabilidad social y sospechas sobre nuestras instituciones
Sin demasiadas ganas pero por obligación patriótica, hemos de salir de nuestro letargo estival para defender a Felipe VI, asediado por una parte del Gobierno. Preferiríamos no hacerlo pero… Si cae el rey, caerá España. Y nos echaremos al monte y acabaremos, como siempre, a garrotazos. Mejor no menearlo