Parece que, pasadas las elecciones catalanas, se ha recuperado el tono negociador de unos y otros. De repente, se ha desatado el frenesí del pacto y el acuerdo para renovar las instituciones. Como es habitual en estos casos ha habido tiras y aflojas y el tradicional mercadeo
El domingo se producen dos hechos estelares: las elecciones catalanas y San Valentín, los más cursis irán juntos a votar y luego se entregarán algunos presentes. Quizá unas piedras como muestra de la lucha callejera que estos días vemos en pueblos y ciudades catalanas.
Ni Navidad, si Semana Santa, ni Fallas, ni San Fermín, ni Feria de Abril. Ni se pueden ni se deben salvar, diga lo que diga algún que otro ministro/a desubicado. Eso sí las elecciones catalanas van por delante. Después a lo mejor se toman medidas más contundentes y restrictivas para la pandemia