MURCIA. ReadyMe, la startup murciana que se ha especializado como proveedor de software para la hostelería, se encuentra cada vez más cerca de consolidar su negocio y alcanzar el ansiado horizonte de la rentabilidad, más conocido como el 'break even', el momento a partir del cual comienza a generar beneficios.
La compañía ha alcanzado este punto tras tres años trabajando en su solución donde se ha encontrado con una pandemia de por medio. Este suceso, que al principio supuso un empujón para un proyecto basado en la gestión de pedidos online, también supuso un reto añadido cuando bajó la actividad del delivery conforme se fueron levantando las restricciones.
En consecuencia, para continuar creciendo ReadyMe se ha enfocado en el desarrollo de nuevas tecnologías, como son el autopedido o el pedido en mesa, a lo que muy pronto añadirán su propio TPV: "La mayoría de restaurantes con los que trabajamos vieron como caían un 50% sus ventas online. Sin embargo, nosotros hemos crecido el año pasado por encima del 45% en la facturación", celebra el CEO de la compañía, Antonio Moreno, en conversaciones con Murcia Plaza.
Asimismo, también destaca como motores de crecimiento el impulso al equipo comercial y los cambios en el modelo de negocio, pues ahora también ofrece su sistema de gestión de pedidos online a cambio de una cantidad fija en lugar de cobrar una comisión por encargo: "Con este sistema hemos accedido a muchos restaurantes reticentes a pagar comisiones y ya no dependemos de los pedidos para los ingresos, pues el tema del delivery también es muy estacional", incide.
En cualquier caso, y pese a encontrarse cerca de comenzar a generar rentabilidad con los recursos propios, ReadyMe también se encuentra en plena ronda de financiación donde pretenden captar 120.000 euros. De esta forma, buscan llegar a inversores "de alta calidad" que, más allá del dinero, puedan aportar visión y conocimiento al proyecto. En concreto, el objetivo es cerrar esta ronda en este mismo 2023.
Sin embargo, no todo son buenas noticias para la startup murciana, que tendrá que continuar con su camino sin uno de los tres socios fundadores, Salvador Alcaraz, ingeniero químico de profesión, que abandona el proyecto para retomar su pasión por la ciencia: "Así que por mi parte, dejo mis quehaceres diarios en la empresa para resetear, y tomarme un tiempo de reflexión, y sobre todo de formación. Cierro una emocionante etapa que no cambio por nada del mundo, y daré a paso a otra, espero que igual de apasionante", explica Alcaraz.