¿Por qué somos más sedentarios que hace 30 años?

En España, el sedentarismo es un problema que ha aumentado en los últimos años. Según el Instituto Nacional de Estadística, el 42,4% de la población española no realiza suficiente actividad física, lo que significa que 11 millones de personas nunca hacen deporte. Esta inactividad se traduce en un aumento de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y la hipertensión. Además, la falta de ejercicio también impacta negativamente en la salud mental, incrementando niveles de estrés y ansiedad.

Las causas de este sedentarismo en España son multifactoriales. A nivel global, la prevalencia del sedentarismo es significativa, y aunque la ciencia ha demostrado repetidamente que la actividad física es esencial para la salud, esta evidencia no se ha traducido en una disminución efectiva del número de personas inactivas. España, en comparación con otros países europeos, se encuentra en una posición promedio, aunque otros países han logrado cambiar sus tendencias con políticas más decididas y efectivas.

Uno de los problemas identificados es que en España no se reconoce suficientemente la actividad física como una herramienta de salud. Históricamente, el ejercicio físico ha sido visto más como una forma de entretenimiento que como una necesidad para mantener y mejorar la salud. Esta percepción necesita cambiar, ya que la actividad física no solo es divertida, sino que también es crucial para prevenir enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida. De hecho, se ha demostrado que la actividad física puede prevenir hasta 40 enfermedades crónicas diferentes.

En cuanto a las políticas públicas, ha habido iniciativas recientes como la campaña del Consejo Superior de Deportes que intenta concienciar sobre el sedentarismo. Sin embargo, la responsabilidad de ser activo no solo recae en el ciudadano, sino que las autoridades también deben proporcionar los medios y facilidades necesarias para que todos puedan acceder a la actividad física. Las mujeres y las familias con menos recursos socioeconómicos enfrentan mayores barreras para hacer ejercicio, lo que indica que las políticas deben ser inclusivas y equitativas.

Otro aspecto relevante es la relación entre el nivel socioeconómico y el sedentarismo. Las personas con menor nivel de renta y educación, así como aquellas que viven en áreas menos favorecidas, tienen menos acceso a instalaciones y programas deportivos. Esto se debe a la falta de infraestructura y servicios en sus comunidades. Investigaciones sugieren que los barrios con menos recursos tienen menos instalaciones deportivas y zonas verdes, lo que limita las oportunidades para hacer ejercicio.

El estudio de la evolución del sedentarismo en España entre 1987 y 2020 muestra que la prevalencia del sedentarismo ha aumentado con el tiempo. En particular, se ha observado un aumento en el sedentarismo en el entorno laboral, especialmente entre mujeres y jóvenes de 16 a 24 años. Sin embargo, en el tiempo libre, ha habido una disminución del sedentarismo, especialmente entre mujeres y jóvenes. Esto sugiere que, aunque las personas son más activas en su tiempo libre, sus trabajos son cada vez más sedentarios.

Hablamos de todo ello con Nuria Garatachea, profesora de la Universidad de Zaragoza e investigadora del grupo GENUD (Growth, Exercise, Nutrition and Development) y con Julia Rey, investigadora de medicina preventiva de la Universidad de Santiago de Compostela, y coautora del estudio “Evolución de la prevalencia de sedentarismo en la población española entre los años 1987 y 2020”.