CARTAGENA. Una imagen probablemente poco usual se ha dado en el Puerto de Cartagena. El pasado, con el submarino S-71 Galerna, y el futuro, con el S-81 Isaac Peral, se han dado la mano durante una jornada. El primero se ha puesto a flote en el marco de los trabajos previstos para la extensión de su ciclo de vida. El segundo, aun en pañales, se encuentra también en el Muelle de Armamento en en las instalaciones de Navantia tras la finalización de los trabajos previstos durante su primera varada programada y continúa las pruebas de puerto del submarino, tras su puesta a flote el pasado mes de mayo.
A partir de este momento, el S-71 permanecerá amarrado al muelle para someterse a las pruebas de puerto y, posteriormente, realizará las navegaciones correspondientes a las pruebas de mar antes de su entrega a la Armada Española.
El S-71, en servicio desde 1983 y que debía acabar su vida útil en 2018, está siendo sometido a una renovación exhaustiva con la que la Armada podrá contar con un submarino totalmente renovado, actualizado y operativo durante los próximos cinco años.
Además de desmontar, recorrer y volver a montar los más de 15.000 elementos que incorpora el submarino, Navantia ha efectuado una inspección minuciosa del casco resistente, casco exterior y elementos estructurales no desmontables, con unos requisitos extremadamente exigentes.
Esto ha dado lugar a un mayor número de reparaciones de acero, se ha efectuado un control dimensional y toma de espesores de la totalidad de los pasos de casco del submarino; se han desmontado, inspeccionado y vuelto a montar los tanques de regulaciones (algo que no se había hecho desde la construcción) y se han desmontado, probado en taller y montado de nuevo a bordo los cuatro tubos lanzatorpedos, todo ello sujeto al cumplimiento de las normas de calidad PECAL 21.
Ya con el submarino a flote, comenzarán las pruebas correspondientes al arranque de los grupos diésel, pruebas sobre amarras, funcionamiento de la planta hidráulica y producción y distribución de energía eléctrica como principales servicios. El objetivo es comenzar las pruebas de mar durante el mes de enero de 2022. En los trabajos participan una media de 200 profesionales, entre trabajadores de Navantia y de la industria colaboradora.
La gran carena del S-71 arrancó a finales de 2017. La ejecución de las obras, así como los contratos derivados de dicho acuerdo tienen un importe de 43.260.000 euros.
