MURCIA. La última serie que habíamos visto, The Newsreader, nos pareció excelente al igual que las últimas producciones australianas que habían pasado por delante de nuestros ojos, de modo que a la hora de sentarse a ver algo la primera premisa ha sido: que sea australiana.
La elegida, Wakefield, recién estrenada, trata sobre un centro de salud mental, un psiquiátrico. La idea de partida no es excesivamente original. Está a medio camino entre lo carcelario y la serie de médicos, con el ingrediente añadido de la reflexión sobre lo que se entiende por locura. No es nada nuevo, todos estos aspectos son muy atractivos y siempre han estado presentes de un modo u otro en el entretenimiento.