MURCIA. La fibromialgia es un trastorno de carácter crónico que afecta a entre el 2% y el 4% de la población mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Solo en España, se estima que entre 900.000 y 1.200.000 personas conviven con esta enfermedad, siendo las mujeres el 90% de los casos diagnosticados.
Esta condición se manifiesta con un dolor musculoesquelético generalizado que puede llegar a ser incapacitante. Además, la fatiga severa, alteraciones del sueño, disfunción cognitiva y alta sensibilidad al tacto son algunas de las diferentes manifestaciones de esta enfermedad.
A diferencia de otras dolencias musculares o articulares, la fibromialgia no produce inflamación detectable ni lesiones estructurales en resonancias, radiografías o analíticas. Esto puede llevar a un diagnóstico tardío o incluso al escepticismo en el entorno laboral o familiar del paciente.
Actualmente, el tiempo medio para obtener un diagnóstico médico claro puede superar los 2 años y puede requerir la evaluación por varios especialistas debido a que el diagnóstico de la fibromialgia es puramente clínico, ya que no existen biomarcadores específicos, sino que se emplean los criterios de la American College of Rheumatology (ACR), que valoran la extensión del dolor y la intensidad de síntomas.
Origen multifactorial y mecanismos implicados
A día de hoy se reconoce que la fibromialgia es el resultado de una alteración en el procesamiento del dolor a nivel del sistema nervioso central, fenómeno conocido como sensibilización central. Se han identificado factores genéticos, como la predisposición familiar, junto con desencadenantes hormonales (más común entre los 30 y 50 años), psicológicos (estrés mantenido, trauma), y ambientales (infecciones, cirugías).
Impacto social y personal
Las personas con fibromialgia tienen un riesgo 3 veces mayor de desarrollar trastornos de ansiedad o depresión. “La fibromialgia no es una enfermedad invisible, es una realidad clínica con un enorme impacto en la vida de quien la padece”, asegura el Dr. Vicente Roqués, especialista en la Unidad del Dolor del Hospital Quirónsalud de Murcia, destacando la necesidad de mayor sensibilización social y médica.
Además, esta condición representa una de las principales causas de absentismo laboral de larga duración en personas jóvenes-adultas, con un impacto económico significativo. Estudios estiman que el coste medio anual por paciente supera los 10.000 € anuales entre costes sanitarios directos e indirectos.
Las Unidades del Dolor han incorporado enfoques avanzados para abordar esta enfermedad de forma más eficaz:
- Neuromodulación no invasiva, como la estimulación eléctrica transcutánea (TENS) o la estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS), han mostrado beneficios en el 30-50% de pacientes con fibromialgia refractaria.
- Optimización farmacológica, utilizando medicamentos como duloxetina, pregabalina o amitriptilina, con eficacia moderada, pero útil cuando se ajusta a cada perfil. Se busca evitar la sobrecarga farmacológica, frecuente por automedicación o tratamientos no revisados.
- Terapias intervencionistas: técnicas como las infusiones de ketamina o lidocaína intravenosa han mostrado resultados prometedores en estudios recientes, especialmente en pacientes que no responden a otros tratamientos.
- Psicoterapia especializada, con técnicas de Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) adaptadas al dolor crónico, mejora no solo la percepción del dolor, sino también la funcionalidad y el estado emocional del paciente.
“Lo más importante es individualizar el tratamiento. La fibromialgia no se cura, pero con acompañamiento profesional y herramientas adecuadas, el paciente puede recuperar su funcionalidad y autonomía. No hay un único tratamiento válido para todos: lo que funciona es personalizar, combinar y ajustar constantemente según la evolución del paciente”, afirma el especialista sobre el enfoque multidisciplinar.”
Actualmente se investigan nuevos biomarcadores diagnósticos y tratamientos personalizados basados en el perfil neurobiológico del paciente. También avanzan los estudios sobre inteligencia artificial para mejorar la detección precoz y el seguimiento evolutivo.
Más información en la Unidad del Dolor del hospital Quirónsalud Murcia