Al final su vida útil, el aceite industrial se convierte en un residuo potencialmente contaminante debido a la presencia de metales pesados y otras sustancias tóxicas, que puede afectar negativamente a nuestro entorno y a la salud de las personas si no se gestiona adecuadamente. Por su papel fundamental en múltiples aplicaciones industriales, el aceite está presente en todo tipo de instalaciones y sectores, desde la automoción, a la industria o la agricultura, lo que hace que, además, el residuo resultante se genere de forma muy dispersa por el territorio. Aunque el mayor volumen se concentra en áreas con alta densidad de población y fuerte actividad económica, la generación del aceite usado se extiende también al medio rural y a zonas alejadas de los grandes núcleos urbanos, lo que exige un sistema logístico de gran capilaridad.
La recuperación del aceite usado en zonas no urbanas es especialmente importante en el entorno de espacios naturales protegidos. En 2024 se recuperaron 27 toneladas en un total de 11 instalaciones ubicadas en enclaves como los parques regionales de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila y el de Sierra de la Pila, entre otros. La recogida del aceite usado adquiere también una relevancia clave en áreas próximas a recursos hídricos -ríos, lagos o embalses-, donde es imprescindible garantizar la protección de los ecosistemas acuáticos. En estas zonas se recuperaron 44 toneladas de aceite usado procedentes de 32 puntos de generación.
Economía circular: de residuo a recurso
La gestión del aceite usado permite transformar el residuo en nuevos recursos de valor. Tras la fase de pretratamiento, en la que se eliminan impurezas como agua y sedimentos, se obtuvieron 6.301 toneladas netas (se incluyen 237 toneladas almacenadas por los gestores correspondientes a la gestión del año anterior) de aceite usado aptas para su valorización. De esta cantidad, el 98% se destinó a regeneración, el tratamiento mediante el que se obtienen bases lubricantes válidas para la formulación de nuevos aceites, en un proceso que cierra la circularidad del producto y que puede repetirse indefinidamente: con tres litros de aceite usado se pueden obtener dos litros de nuevos lubricantes. Con el aceite usado generado en la Región de Murcia y regenerado, se produjeron 3.880 toneladas de nuevos lubricantes, cantidad suficiente para llenar el cárter de 958.000 turismos.
El resto del aceite usado recuperado fue descontaminado para su posterior uso como combustible, permitiendo la producción de 92 toneladas de fuel BIA (fuel óleo utilizado en calderas y hornos industriales). Este aprovechamiento evita un importante consumo de recursos naturales: si estas bases regeneradas y el fuel BIA se hubieran obtenido mediante el refino del petróleo, habría sido necesario utilizar 1,8 millones de barriles. Además, solo en 2024, esta gestión evitó la emisión de 4.191 toneladas de CO₂ a la atmósfera, una cantidad equivalente al impacto ambiental de 17 vuelos de ida y vuelta entre Madrid y Nueva York en un Airbus A350 completo.