MURCIA. Hay casas que te pueden hacer volar sin dejar de tener los pies en la tierra; que te permiten tener vistas de pájaro sin abandonar el nido; que logran que el pesado hormigón desafíe las leyes de la gravedad y parezca un material liviano; y, sobre todo, que te hacen sentir que estás en la cima del bienestar. Todo eso -y mucho más- es lo que transmite esta vivienda en Las Torres de Cotillas que el estudio murciano Especie Arquitectura -Joaquín García Vicente y Tatiana Poggi- ha bautizado como Casa MI49.

A través de un denso pinar, tras una colina en la cima, se llega a este enclave en el que la arquitectura se presenta como una escultura en el paisaje y hace malabares con los volúmenes. Desde su privilegiada posición,se pueden contemplar cientos de kilómetros de magníficas vistas: campos de Espinar, Atalaya, Retamosa y, al fondo, Sierra Espuña.

Y es que esta Casa MI49 se sitúa en la zona más alta desde donde forma una gran plataforma, a veces en contacto con el suelo, a veces en vuelo, adaptándose la construcción a la elevación del propio terreno.

Tras la entrada, que se encuentra protegida en un patio abierto, la casa se divide en dos partes, según explican los arquitectos de Especie. Hacia el oeste, se encuentra la zona pública: un mirador amplio y abierto desde el que se puede observar el paisaje. También funciona como sala de estar, comedor y cocina, ya que gracias a los grandes ventanales correderos el exterior y el interior se difuminan, permitiendo poder disfrutar al máximo de la gran plataforma a modo de terraza y zona de piscina, destinada a la búsqueda del hedonismo y la paz desde este 'nido' en las alturas.

Hacia el este -añaden desde Especie Arquitectura-, se encuentra el espacio destinado a lo íntimo. "Tres cuerpos orbitan y giran para configurar tres dormitorios con diferentes perspectivas y ambientes. Uno más abierto y avanzado, orientado al sureste; otro, retraído y protegido por volúmenes separados a sus lados; y el principal, un gran volumen proyectado hacia el noreste. Grandes ventanales permiten la entrada de abundante luz y el pinar frontal protege de miradas indiscretas", explican desde el estudio murciano. En el interior prima el equilibrio y el confort, con tonos blancos, tierra y pinceladas de vibrante amarillo.

Especie Arquitectura destaca, asimismo, que la urbanización y cimentación de la casa se ha reducido al 20% de la superficie total para intentar modificar la menor superficie del terreno natural. La importancia de esto reside en minimizar los procesos geológicos y ecosistémicos de los que forma parte este terreno, manteniendo su escorrentía natural, su permeabilidad al agua y la diversa vegetación autóctona presente actualmente, como puede ser el pino carrasco (Pinus alepensis), el romero (Rosmarinus officinalis) o el tomillo (thymus), entre otras especies.

El buen hacer de este estudio de arquitectura murciano se ha visto reconocido recientemente al ser seleccionado su proyecto PB16, de ampliación de una vivienda, como uno de los cuatro finalistas de los Premios Arquitectura Plus 2025 en la categoría de Under 40, para estudios de  arquitectos menores de 40 años. El ganador se conocerá en la gala de entrega de premios el 27 de noviembre en Madrid.