MURCIA. Los municipios hacen balance de daños tras las fuertes lluvias del pasado martes, cuando la Aemet llegó a declarar momentaneamente la alerta naranja en el Valle del Guadalentín. Así, Águilas ha recuperado ya la normalidad, mientras que el Ayuntamiento de Lorca ha solicitado al Gobierno de España la declaración de zona catastrófica para el municipio y ha acompañado su solicitud de una declaración de daños por valor de 40,8 millones de euros.
El alcalde, Fulgencio Gil, ha comparecido ante los periodistas antes de presidir la reunión extraordinaria de la Junta de Gobierno Local en la que se ha aprobado la solicitud para el municipio de zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil, de acuerdo a la ley del Sistema Nacional de Protección Civil.
Gil ha explicado que esta norma contempla ayudas económicas a particulares, a establecimientos industriales y de servicios por daños, también a producciones agrícolas y ganaderas y la compensación de los gastos que hayan tenido las corporaciones locales, además de medidas fiscales, laborales y de seguridad social, que el consistorio también reclama.
El ayuntamiento ya ha ejecutado, con cargo a su presupuesto, obras de emergencia por 1,1 millones de euros relacionadas, sobre todo, con la reparación de la red viaria afectada para facilitar la circulación de la población y garantizar las comunicaciones.
En el inventario general de daños se incluyen los registrados en el parque inmobiliario, en fincas agrícolas y granjas, patrimonio histórico, red de carreteras, establecimientos públicos como consultorios médicos, centros sociales, colegios, en la red de suministro de agua y en la de electricidad.
El consistorio ha apelado “a la sensibilidad del Gobierno de España para que apruebe esta declaración, la respalde y actúe con rapidez” en la aplicación de los fondos que Lorca demanda.
La solicitud será remitida este jueves a la Delegación del Gobierno en Murcia.
Águilas vuelve a la normalidad
Por su parte, el casco urbano de Águilas ya ha recuperado la normalidad tras las inundaciones del pasado martes, cuando una tromba de agua y granizo anegó por completo el centro de la ciudad.
Las pendientes y la propia distribución de las calles permitió que la riada desaguara muy rápido en el mar, y durante la jornada festiva del miércoles los servicios de limpieza terminaron de eliminar los arrastres.
Trabajaron bomberos y personal de Protección Civil en achiques de garajes y plantas bajas, y se limpiaron los colegios, en los que este jueves se reanudan las clases con normalidad.
Los servicios del limpieza también han eliminado los restos de las lluvias de las calles del centro, y se espera que la intervención de la maquinaria pesada en las playas urbanas para eliminar los arrastres se produzca esta misma semana.