MURCIA. Esta semana se enmendó un error en Cannes. En 1992, cuando Quentin Tarantino (Tennessee, Estados Unidos, 1963) se las hacía felices con la idea de que su ópera prima, Reservoir Dogs, participara a concurso en la Quincena de Realizadores, el entonces director de este apartado independiente del festival la desmereció. A pesar de que la película se programó fuera de concurso en la Sección Oficial, al realizador se le quedó clavada la espinita.
«Era mi primera película y sabía que en la Quincena podías ser descubierto no por un crítico, sino por la escena internacional. Existía la leyenda de que este era el lugar donde debutar: la gente te aceptaría o te rechazaría, pero serías visto», ha compartido el cineasta durante una clase magistral impartida como invitado especial de esta sección que busca impulsar a las y los cineastas y contribuir a su descubrimiento.